Acuerdo de Lifschitz y Perotti en medio de una transición agitada

Cuando la transición santafesina marchaba hacia un choque frontal, socialistas y peronistas encontraron un punto de acuerdo. El gobernador electo, Omar Perotti, tuvo que ceder ante el saliente Miguel Lifschitz, quien también hizo un esfuerzo para evitar una fractura más profunda en el sistema político. La pausa se tradujo este jueves en la sanción de un Presupuesto armado por el socialista, pero con retoques propuestos por el peronista.

No hay garantías respecto de que la miniarmonía sea definitiva. Las semanas de tensión y diálogo cortado además dejaron una serie de marcas: desconfianza mutua entre el próximo gobernador y el futuro jefe de la oposición (Lifschitz presidirá la Cámara de Diputados provincial); y una interna a cielo abierto dentro del PJ santafesino. Así, la gestión de Perotti arranca con un motín a bordo del peronismo local.

“Hay un antes y un después. Lograron quebrar la confianza que teníamos entre muchos de nosotros y que a veces nos miremos de reojo”, afirmó el senador y jefe del bloque justicialista, Armando Traferri. Se refería directamente a Perotti.

Tras 12 años de Frente Progresista, los senadores peronistas se consolidaron como un factor de poder autónomo. Representan a una red de municipios y comunas, en una provincia con gran peso agropecuario. En ese panorama, Traferri es una suerte de primus inter pares. A tal punto, que en 2017 apuntaló el salto a la política de la jueza Alejandra Rodenas, vice electa de Perotti. Ahora, la relación del gobernador y su vice también entró en zona de incertidumbre. La crisis peronista se formalizó hace diez días. Pese a que Lifschitz y Perotti habían acordado consensuar el Presupuesto, el socialista mandó el proyecto al Senado. 

Con el voto de seis sobre 11 senadores peronistas, el socialismo lo aprobó sobre tablas. Los senadores opositores priorizaron garantizar obras para sus departamentos. Y el jueves, el Frente Progresista se disponía a conseguir la sanción en Diputados. Perotti accedió a introducir algunas modificaciones: mayor flexibilidad para pasar gastos de capital a gastos corrientes y la posibilidad para tomar más deuda para obras. “Es un proyecto que a Omar la va a permitir gobernar muy holgado el primer año”, opinan cerca del gobernador saliente. Tras esos retoques impulsados por el perottismo, el texto del Presupuesto volvió al Senado, donde  esta vez fue votado por unanimidad. Así, la rabia santafesina encontró un remanso.