LA DIÁSPORA RADICAL ante la nueva elección de autoridades

La UCR en un momento crítico: peleas, divisiones y el futuro del partido en jaque

El Comité Nacional renovará su conducción en diciembre. La tensión previa refleja el nivel de internas que surcan a las distintas tribus provinciales, tironeadas entre los mandatarios que mantienen una buena relación con la Casa Rosada y los que buscan reservar cierta autonomía. El correntino Gustavo Valdés asoma como posible sucesor de Martín Lousteau como titular. El peso del santafesino Pullaro, el bonaerense Abad y el dilema de los sin tierra: ¿Adónde ir?

Comité 2023 - 2025. Martín Lousteau lideró el comité durante los últimos dos años. Sucesión en pugna. Foto: UCR

El viernes 12 de diciembre no será un día más para la Unión Cívica Radical. Ese día renovarán sus autoridades al frente del Comité Nacional, que preside Martín Lousteau. Pero esa sucesión, y la situación general política, obligó a repensar el futuro del partido, porque pasa por uno de los momentos más complejos. 

En ese marco, los cinco gobernadores así como los legisladores y dirigentes más influyentes están trabajando para intentar llegar a un consenso sobre quién reemplazará al actual senador y futuro diputado nacional por la Ciudad.

Todo se da en un contexto estructural intrincado y sin un horizonte claro para la UCR. Dos de los cinco mandatarios provinciales son aliados de La Libertad Avanza (el mendocino Alfredo Cornejo y el chaqueño Leandro Zdero) y quieren llevar el partido hacia ese lugar de alianza íntima con la Casa Rosada.

En el caso de Zdero ya es considerado por muchos correligionarios un empleado raso de Karina Milei. Mientras tanto, el mendocino busca detentar su presunta fortaleza, pero ya le creció su propio problema con la figura de Luis Petri. El ministro de Defensa saliente y diputado electo superó el 50% en las elecciones de octubre y  jugará en dos años con LLA a pesar de los deseos de Cornejo de imponer otro candidato para su sucesión. Esta realidad lo obliga a sostenerse dentro del partido.

Por el otro lado, tanto el propio Lousteau como los otros tres gobernadores (el santafesino Maximiliano Pullaro, el jujeño Carlos Sadir y el correntino Gustavo Valdés, quien en diciembre es reemplazado por su hermano), que están en Provincias Unidas, prefieren un radicalismo autónomo de los libertarios y pensar en una opción de poder para 2027.

Hace pocos días, Pullaro estuvo dialogando sobre este tema con el poderoso Emiliano Yacobitti y el senador nacional por la provincia de Buenos Aires, Maximiliano Abad. Hubo un eje central: antes de viajar a India, el gobernador correntino, Gustavo Valdés, había expresado que no tenía intención de reemplazar al economista creador de la 125. Movedizo, en la UCR creen que Valdés está jugando a un operativo clamor para ser el próximo presidente del partido por consenso. Abad se autoexcluyó rápido: alegó que tendrá demasiado trabajo para recuperar al radicalismo bonaerense tras la mala experiencia electoral de este año.

Hay otros jugadores sobre la mesa: el propio Cornejo quiere extender sus alas pero es vetado por la mayoría. Incluso, el gobernador mendocino sueña con imponer a la legisladora Pamela Verasay (una auxiliar del mandatario) como jefa del futuro bloque de diputados nacionales. Nada de estas movidas cayó bien en los otros actores. Zdero directamente siquiera presentó batalla ante su debilidad interna de origen.

Por ello, el propio Lousteau, quien quiere dejar su lugar –independientemente de las feroces críticas internas que recibió–, trabaja para que haya buenas alternativas. En las últimas horas el correntino volvió a dejar correr que podría ser. Comenzó a marear a los correligionarios.

La idea que barajan en la UCR es llegar lo más ordenado posible al 12 de diciembre. Por las dudas, Abad deslizó la idea de prorrogar el mandato de Lousteau a marzo con tal de que haya acuerdo. A Yacobitti le gustaba la idea de que Pullaro tome el control del partido. Pero el santafesino tiene su cabeza a tiempo completo en la Gobernación.

Por ello Valdés es quien hoy genera mayor consenso. Un dato central apoya esto: fue el único mandatario provincial que ganó, con lo justo, la elección en octubre. Estuvo a punto de perder frente a la libertaria Virginia Gallardo.

El clima que se vive lo sintetiza con sagacidad un viejo dirigente de la UCR ante la consulta de PERFIL: “El primer problema que tenemos es que en los radicalismos provinciales cada uno hace lo que quiere. Le pasó a Gerardo (Morales) cuando estábamos en Juntos por el Cambio y cada elección local era un problema. En segundo lugar, la herencia que deja Guga (Lousteau) es horrible. Y en tercer lugar, entre los radicales con peluca y Cornejo, más la voracidad de los libertarios para sacarnos dirigentes, nos queda un desafío enorme”.

Todo esto se combina con los magros resultados electorales. Lousteau apenas pudo alcanzar su banca con un 6% en su distrito, la Capital Federal. A nivel nacional, en total, se perdieron unos 170 concejales con el armado de Somos y Provincias Unidas, y las internas entre muchos de los dirigentes con territorio complejizan más aún el futuro.

El panorama se configura, entonces, con objetivos nítidos. Normalizar el comité nacional es el primero. Antes que ello, cuentan en el centenario partido a este diario, poner en valor el bloque estratégico del senado con diez integrantes. E intentar hacer lo propio en Diputados: alcanzar, de ser posible, la unidad y llegar a 12 miembros si no hay más divisiones.

“Sería estúpido que no seamos mínimo 10 a 12 diputados en este contexto en el Senado y teniendo cinco gobernadores”, vocifera una voz parlamentaria. En ello trabaja la vicepresidenta del bloque, Karina Banfi.

¿A dónde se podrían fugar? Al futuro bloque de Provincias Unidas o a bloques propios (como ocurrió cuando Facundo Manes, en acuerdo con Lousteau, dividió la UCR peleado con el cordobés Rodrigo De Loredo por su cercanía con LLA). Con todo, antes de la cumbre del 12 de diciembre se verán los bloques parlamentarios. Será una primera señal.