El miércoles 15 de mayo inauguró en la Casa Nacional del Bicentenario la exposición de las obras seleccionadas en la 10ª Edición del Premio Itaú de Artes Visuales, con la curaduría de Adriana Lauría y la coordinación de Eugenia Garay Basualdo.
La convocatoria para esta edición recibió más de 2.300 propuestas, de las que fueron preseleccionadas 209 proyectos y llegaron a la última instancia 60 obras de diferentes disciplinas realizadas por artistas consagrados y emergentes de distintas edades y regiones del país.
Además de los tres premios adquisición que se otorgan cada año y que ya conforman una colección de treinta piezas, en esta edición se otorgarán dos becas para fotógrafos para asistir al Quinto Foro Internacional de Fotografía de San Pablo, que cubrirá todos los gastos de los asistentes. Los artistas escogidos fueron Ignacio Iasparra y María Crosetti.
El conjunto expuesto conforma un acercamiento al panorama de la escena contemporánea en nuestro país e incluye obras que marcan una dirección alentadora en cuanto a propuestas artísticas, creatividad y técnicas expresivas.
Además se pueden encontrar referencias a la historia del arte -y hasta a la ciencia- en muchas de las piezas que se exponen.
Este año se sumó la impresión en 3D como nueva disciplina y se entregó un premio especial en esta categoría al colectivo Vientos dorados, conformado por tres artistas mujeres que tomaron sus propios cuerpos como modelo y después de combinarlos en forma digital crearon la obra Trans, una figura que integra los tres escaneados en una sola figura que alza su puño en actitud desafiante.
La convocatoria para esta edición recibió más de 2.300 propuestas, de las que fueron preseleccionadas 209 proyectos y llegaron a la última instancia 60 obras.
La misma técnica fue utilizada en dos obras que recibieron menciones de honor. Una de ellas, Figura sobre óvalo de Nicolás Rodríguez, partió del escaneado del cuerpo del artista, quien intervino el modelo con un software para introducir en forma consciente supuestos errores de digitalización en la figura y reflexionar sobre la despersonalización y los conflictos surgidos a partir del modo en que nos relacionamos con la tecnología.
En tanto, Juan Pablo Ferlat modificó una impresora para poder trabajar con cera virgen de abejas y construir desde una creación personal la obra "El golem", una figura inquietante que integra materiales naturales con la tecnología.
Así, la técnica que surgió pensada para el diseño de prototipos industriales se presenta hoy como una herramienta eficaz para la expresión artística.
El conjunto expositivo incluye instalaciones, fotografías, esculturas y objetos, videos, pintura, dibujos, cerámica, grabado y arte robótico.
Entre los videos destaca, quizás, el realizado por Martín Weber, al que llamó "Las manos". El tema de las mutilaciones es recurrente en la historia argentina y puede hacer pensar en las manos de Perón o las mutilaciones que sufrió el cuerpo de Eva Perón en su largo peregrinaje, aunque en este caso el artista hace referencia a las manos del Che Guevara que le fueron amputadas tras su muerte para hacer un trabajo de identificación. El video es un proceso durante el cual dos manos de hielo se derriten y poco a poco pierden su forma.
Cabe mencionar también el trabajo de Gabriela Francone, que se vale de imágenes obtenidas desde la web para generar a partir de simuladores escenas en que las fuerzas naturales parecen doblegar al ser humano, el de Maximiliano Bellmann que genera un recorrido desde la trama conformada por píxels en forma de lluvia hasta llegar a espacios tridimensionales, o el de Valeria Conte Mac Donell en que realiza una producción alrededor de un barco al que reconstruye en forma virtual.
Los 18 miembros del jurado provienen de distintas regiones del país, lo que hace que el premio tenga una mirada federal
En cuanto a fotografías, los temas abordados son diversos. Néstor Barbita se vale de imágenes tomadas con un drone para crear un díptico en que compara los patrones de organización que construye el ser humano, ya sea en forma ordenada, como en un estacionamiento, o en forma caótica, como las sombrillas clavadas en una playa.
Malena Cagna, por su parte, crea un ambiente sobrecogedor con una toma de un centro clandestino de detención en el que trabaja con una luz tenue y una iluminación sutil para reconstruir el espacio.
El fotógrafo RES genera un doble juego con una marco que durante el correr de los días será girado para mostrar una parte de su obra diferente en forma alternativa. De un lado, una fotografía en la que se refleja él mismo y, en el fondo, los marcos de fotografías en una exposición de Horacio Cóppola. Del otro lado hay un detalle de los agujeros de bala sobre la pared del Ministerio de Economía, en una suerte de homenaje al artista Oscar Bony que utilizaba los disparos de revólver como técnica expresiva.
Natalí Perino presenta en una instalación una serie de piezas realizadas con cerámica, una especie de catálogo de los distintos miembros de una muñeca desmembrada que evoca la imagen del laboratorio de algún científico loco de una película de la década del '40 con estética actual.
El artista Gaspar Núñez homenajea al escultor Juan Carlos Iramain por medio de una deconstrucción de una de las cabezas que se exhiben en el Museo Iramain de Tucumán, para la que se valió de un molde de caucho que luego deformó con la intención de crear una forma nueva.
La rosarina Luciana Paoletti, artista y bióloga, tomó tintes de diferentes plantas y trabajó sobre papeles sensibles. Los colores cambiarán durante el mes que la instalación esté expuesta por incidencia de la luz.
También de Rosario, Luis Rodríguez plantea con su obra Selfie la dificultad de mirarnos a nosotros mismos con claridad, desde una geometría realizada con espejos en múltiples facetas con un núcleo oscuro que impide el reflejo en el centro de la obra.
En tanto, Amadeo Azar trabaja sobre la tradición del constructivismo latinoamericano con una instalación de pintura y cerámica.
Más allá de esta enumeración incompleta, la muestra está conformada por obras que al margen de lo estrictamente formal se apoyan en ideas y conceptos claros y precisos.
El armado de la exposición incluye la memoria descriptiva realizada por cada artista, lo que completa de manera eficaz a la obra y ayuda a comprenderla en su totalidad.
Con respecto al jurado que participó en la selección, José Pagés, presidente de la Fundación Itaú, expresó que los 18 miembros provienen de distintas regiones del país, lo que hace que el premio tenga una mirada federal.
Además subrayó la transparencia del método de selección, que demanda a los jurados realizar un feedback a cada uno de los artistas que se postulan y requiere que una obra sea rechazada por al menos dos de ellos para quedar fuera de concurso.
El jurado de selección estuvo integrado por Manuel Amestoy, Fernanda Aquere, Laura Casanovas, Gabriel Chaile, Pablo Chiavazza, Maraní Fernández del Solar, Miriam Gonzalo, Pablo La Padula, Rosalba Mirabella, Andrea Moccio, Sergio Moyinedo, Santiago Porter, Inés Raiteri, Teresa Riccardi, Graciela Sarti, Fabiana Serviddio, Alejandro Thornton y Fernanda Toccalino.
El jurado de premiación, integrado por María José Herrera, Mónica Millán y Raúl Flores, decidió otorgar el 1er Premio Adquisición de $ 130.000 a Daniel Basso por su obra Volumen de Interior, el 2º Premio Adquisición de $ 80.000 a Marcela Bosch por su obra El Capital (2019) y el 3er Premio Adquisición de $ 40.000 a Básica TV (integrado por Luciano Demarco, Guzmán Paz y Emilio Bianchic) por su obra Mesa (2018).
Los artistas cuyas obras llegaron a la instancia final de participación y que exponen en la Casa Nacional del Bicentenario, agrupados por disciplina, son los siguientes:
- Instalaciones: Amadeo Azar, Mariana Bersten, Estanislao Florido, Federico Galará, Micaela Gauna, Rodolfo Marqués, Laura Messing, Luciana Paoletti, Dina Roisman, María Noel Toledo Gonzo, Giovanni Zapata.
- Fotografía: Néstor Barbita, Marcela Bosch, Magdalena Cagna, María Crosetti, Zoe Di Rienzo, Mariano Grebnicoff, Ignacio Iasparra, Pablo Javier Martínez, Constanza Pulit, RES (Raúl Stolkiner), Celeste Rojas Mugica, Cristian Segura.
- Escultura/objeto: Daniel Basso, Emilia de las Carreras, Santiago Colombo, Luciana Pía Faccini, Diego Figueroa, Julia Masvernat, Gaspar Núñez, Luis Rodríguez, Hernán Salvo, Santiago Viale.
- Video: Federico Barabino y Adelina Ducos, Básica TV (Luciano Demarco, Guzmán Paz y Emilio Bianchic), Maximiliano Bellmann, Valeria Conte Mac Donell, María José D’Amico, Gabriela Francone, Triana Leborans, Iván Murgic, Martín Weber.
- Pintura: Diego Fontanet, Ramiro Oller, Paula Senderowicz, Ana Clara Soler, Fernando Sucari, Sofía Wiñazki.
- Dibujo: Mariano Balbuena, Virginia Buitrón, Bárbara Kaplan.
- Grabado: María Luz Lobo.
- Cerámica: Natalí Perino.
- Arte robótico: Mariela Yeregui.
- Otras técnicas: Iván Enquín, Gonzalo Maciel, Lucas Pisano.
La exposición 10º Premio Itaú de Artes Visuales 2018/2019 se puede visitar hasta el 16 de junio en la Casa Nacional del Bicentenario, Riobamba 985, de martes a domingo de 14.00 a 20.00, con entrada libre y gratuita.
