Desde hace algunos meses, Chevrolet decidió ofrecer versiones con un estilo completamente distinto al que nos tiene acostumbrados en varios de sus modelos. La clave es apostar por autos con estética deportiva, aunque sin que esto represente que sean los más caros de sus respectivas gamas. Los casos más claros son los de Onix y Cruze en sus variantes hatchbacks con las configuraciones RS.
Esta idea se trasladó al segmento de las pick-ups, donde la referente del moño es claramente la S10, el único modelo en la actualidad con esta silueta.
En este caso, General Motors Sudamérica decidió seguir los mismos pasos que las versiones RS, pero en vez de apostar por una estética deportiva, el plan fue otro: una clara esencia aventurera.
Así nació la S10 Z71, una configuración que se posiciona como gama media e incluso “media alta”, con accesorios exclusivos que la convierten en un modelo más robusto y preparado para el off-road. Si miramos el mercado, cada vez hay más camionetas de este tipo que apuestan por versiones enfocadas en la aventura, sin por eso ubicarse como las variantes más completas del mercado.
ADN off-road
Con el último restyling (2020), el moño trató de asemejar la S10 con su hermana full-size Silverado (se espera que tarde o temprano llegue a la Argentina), pero, en este caso, ¿qué plus ofrece la Z71? Si con los últimos cambios estéticos la pick-up mediana trató de alinearse un poco más con su par mayor estadounidense, en esta versión pasamos de lo “macro a lo micro”, debido a que Chevrolet buscó mezclar el estilo de las configuraciones más extremas (Colorado y Silverado Z71), con la S10 fabricada en Brasil. Llaman la atención, en esta nueva versión, varios elementos de color negro como la parrilla, algunas molduras, retrovisores, llantas, barra de San Antonio tubular extensiva (exclusiva de esta versión), paragolpes, pasaruedas y faros con máscara oscurecida, entre otros.
Los neumáticos poseen las mismas dimensiones y diseño similar (no igual) al de algunas de las versiones ya conocidas (265/60 R18), pero la diferencia se encuentra en la modalidad, debido a que en la Z71 son “All-Terrain”. Pulgar hacia arriba para la rueda de auxilio, debido a que es de la misma medida.
El equipo de audio ofrece una calidad de sonido superior. Los cuatro alzacristales disponen de sistema “un toque “ de doble función para las cuatro ventanillas
Obviamente, otro de los puntos estéticos más llamativos son los fenders exclusivos de esta configuración, los adhesivos especiales y las insignias que identifican a la versión o los estribos laterales.
Centrados en el habitáculo, la identificación es más modesta si miramos el tablero, ya que al logo Z71 sólo lo encontramos en las puertas. Tranquilamente, podría incorporar al menos una calcomanía o una “chapita” con el nombre de la configuración en el volante o en cualquier otro lugar más visible al momento de conducir, que nos hagan sentir en todo momento que estamos a bordo de esta versión. Incluso, el moño en el exterior es negro, mientras que en el interior se aprecia el clásico dorado.
Las butacas tampoco dicen nada acerca de esta configuración; sólo tiene una tapicería especial (cuerina), de color negro con costuras rojas.
La posición de manejo podría ser mejor, debido a que el asiento no trae ajustes eléctricos, el volante no se regula en profundidad y la altura es un poquito elevada.
El punto positivo es el espacio para las piernas en las plazas traseras, que se suma a una buena separación entre la cabeza de los pasajeros y el techo.
Otro detalle de equipamiento, y también estético que podemos encontrar de serie únicamente en la Z71 y en la High Country, es la lona marítima, un elemento de gran ayuda para cubrir y proteger aquellos componentes que transportamos en la caja.
Enfoque 4x4, posición moderada
Como mencionamos anteriormente, la Z71 se ubica como una versión de gama media, porque posee algunos elementos de equipamiento que podemos encontrar en las variantes más equipadas, aunque otros componentes escasean.
De todos modos, el desempeño y la mecánica no muestran cambios y aparecen como una de las máximas virtudes al momento de atravesar caminos deteriorados.
Es por eso que decimos que tiene un claro enfoque en la aventura y un nivel de confort que se ubica por encima de la media, sin ser el mejor.
El habitáculo es sencillo, con una correcta calidad de materiales, aunque podría notarse más esmero en las terminaciones. En el caso de la conectividad y la tecnología, es la versión más completa, con pantalla de siete pulgadas, aunque queda limitada frente a las versiones LTZ y High Country, ambas con display táctil de ocho pulgadas y algunas funciones extra.
También debemos mencionar otras ausencias, tales como el paquete de asistencia OnStar, Wi-Fi a bordo, sensores de estacionamiento traseros y delanteros (sólo tiene cámara de marcha atrás), sensor de lluvia y climatizador automático (sólo se ofrece con aire acondicionado), por mencionar algunos.
En seguridad tiene puntos positivos, como los seis airbags de serie en todas las versiones (frontales, laterales y de cortina), y algunos a mejorar: no ofrece alerta de colisión frontal, freno autónomo de emergencia con detección de peatones, asistente de frenado inteligente, alerta de cambio involuntario de carril, sistema de monitoreo de neumáticos, control crepuscular, ni faro rompeniebla trasero, elementos que se encuentran disponibles en las versiones LTZ y High Country.
Mecánica conocida para todo tipo de caminos
Sin novedades debajo del capó: cuenta con el ya probado 2.8 turbodiésel de 200 CV y 51 kgm de torque, un propulsor que es el corazón de S10 en todas las versiones de la gama (¡punto positivo para Chevrolet!, en especial en las variantes más económicas).
En la Z71, la transmisión es automática de seis velocidades, aunque dentro de las “subjetividades” podríamos pedir una versión manual para los más puristas.
La velocidad máxima se encuentra limitada en 180 km/h (180,1 km/h en nuestra prueba) y reacciona con ganas en las aceleraciones y recuperaciones.
Si bien el propulsor es confiable y se destaca dentro del segmento, el consumo (en especial en ciudad, con 8,5 km/l) es un poco elevado.
Ahora bien, si salimos del pavimento y nos metemos en otro tipo de terrenos, la tracción 4x4 (alta y baja) con reductora, entra en acción para ayudarnos a atravesar caminos difíciles, con la seguridad de no quedarnos atascados.
Los neumáticos All-Terrain se “zambullen en su salsa”, aunque un punto a mejorar en algunas superficies como barro o arena es la regulación del control de estabilidad. Si bien lo quitamos para realizar algunas pruebas, al menos en nuestra unidad no se llegó a desconectar del todo, ya que en momentos donde necesitábamos mayor tracción y fuerza, el sistema parecía “resurgir de las cenizas” y se activaba al detectar que las ruedas patinaban.
En sintonía con este mecanismo, también entró en juego el ABS. Es por eso que podrían realizarse algunos ajustes que ayudarían a mejorar el desempeño y alejar las sensaciones de pérdida de control (particularmente cuando se desliza en superficies resbaladizas como el barro).
Una moda en ascenso
Poco a poco, diferentes marcas comienzan a apostar por un nuevo estilo para la gama de sus pick-ups. Se trata de configuraciones que se encuentran a mitad de gama, que combinan prestaciones off-road con tracción 4x4, equipamiento por encima de la media y una estética preparada para la aventura.
La Z71 busca específicamente eso, un público que quiera salir de las versiones tradicionales que encuentren el ADN todoterreno en un vehículo que, a pesar de no estar en el podio de las pick-ups medianas, hace años que se ha consolidado en la Argentina.
Chevrolet fue una de las primeras marcas en dar el golpe y podemos decir que forma parte de las pocas que se animó a ofrecer una camioneta por fuera de lo común mezclando deportividad y un espíritu especial. Esto se ve en la paleta de colores y su combinación con los elementos negros.
Si miramos el mercado argentino, el rival directo de esta S10 Z71 es la Nissan Frontier X-Gear, otra de las pick-ups que se posiciona a mitad de gama con un paquete exclusivo para los amantes de la aventura. Eso sí, un punto positivo de la japonesa frente a la de General Motors es la posibilidad de contar con dos tipos de versiones: una 4x2 con motor 2.3 turbo de 160 CV, y una configuración con tracción 4x4 y motor de la misma cilindrada, biturbo de 190 CV.
En el caso de Toyota, la futura Hilux GR-Sport estará basada sobre la versión tope de gama (SRX), mientras que la Ford Ranger FX4 toma su base de la configuración XLT (sería la LTZ de Chevrolet). Eso significa que ambas tampoco se ubicarán a mitad de gama.
