Normalmente, a menos de dos semanas de unas elecciones presidenciales, los votantes e inversores siguen con suma atención las encuestas de opinión. Pero en Argentina casi han desaparecido del debate público.
Las razones son obvias. Las firmas de sondeos en todos los extremos del espectro político subestimaron significativamente el desempeño del candidato de la oposición Alberto Fernández en las elecciones primarias cruciales del 11 de agosto, cuando se impuso al actual líder del Gobierno, Mauricio Macri, por 16 puntos porcentuales.
Qué dicen las primeras encuestas sobre el resultado del debate presidencial
La ausencia de datos y la especulación sobre los resultados ponen de manifiesto una creciente sensación de apatía, dado que la mayoría de los analistas e inversores creen que Fernández ya ha ganado, pese a que Macri está recorriendo el país en una gira de campaña maratoniana. El gasto de los inversores en encuestas costosas también se agotó después de las impresionantes primarias.
Las encuestas “estaban tan equivocadas, ¿por qué se les iba a atribuir alguna credibilidad?”, dijo Walter Stoeppelwerth, director de inversiones de Portfolio Personal Inversiones en Buenos Aires. Ahora, “no hay dinero para las encuestas y todos piensan que una victoria en la primera ronda es una conclusión inevitable”.
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En las semanas previas a las primarias de agosto, la mayoría de las encuestas mostraban a Macri, preferido por los inversores, a 5 puntos porcentuales o menos por detrás de Fernández, una distancia que podía superar en la votación oficial y una posible segunda vuelta de noviembre. El presidente terminó sufriendo un duro golpe, con el subsiguiente caos financiero.
Reacción contra firmas de sondeos
El peso cayó un 26% en agosto, los precios de los bonos se desplomaron, el Gobierno introdujo controles de capital y los inversores ahora ven un 92% de probabilidad de incumplimiento en los próximos cinco años. Los mercados financieros temen que Fernández dé marcha atrás a la postura promercados y planes de política de Macri, y también que renegocie el acuerdo para un préstamo récord con el Fondo Monetario Internacional.
Desde entonces, la carrera ha perdido algo de intensidad ya que un Fernández muy seguro dedica más tiempo a cultivar su imagen en el exterior en lugar de acudir a eventos locales. El primer debate presidencial del domingo también tuvo poco impacto.
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Reputadas encuestas de opinión pública han desaparecido de los noticieros nocturnos y no se publican en las portadas de los periódicos, dos tendencias típicas en los ciclos electorales argentinos. Los encuestadores reconocen que sus pronósticos quedaron tan lejos en las primarias y se enfrentaron a tal rechazo que ya no hacen públicas las encuestas.
Mariel Fornoni, directora de la encuestadora argentina Management & Fit, que en elecciones pasadas publicó encuestas en uno de los principales periódicos de Argentina, dijo que no lograron ver la distancia entre los candidatos y que ahora estaban trabajando para clientes privados.
Fornoni dice que los encuestadores se enfrentaron a críticas de ambos lados del espectro político después de la primaria. El partido de Macri se sintió engañado, mientras que el bando de Fernández estaba molesto porque se lo había subestimado significativamente, manifestó.
Después de las elecciones primarias, algunos inversores solicitaron un reembolso por las encuestas restantes que ya habían pagado, mientras que otros dijeron que estarían atentos a los datos, pero no negociarían en el mercado según los datos necesariamente, dijeron varias personas que contrataron servicios de encuestas y pidieron permanecer en el anonimato.
Entretanto, la falta de sondeos de opinión pública creíbles ha allanado el camino para que encuestadores relativamente desconocidos aparezcan en las últimas semanas, y algunos pronostican una victoria de Fernández de más de 20 puntos porcentuales.