Los aviones de pasajeros podrán transportar vacunas contra el coronavirus a las ultrabajas temperaturas que se requieren, siempre que se almacenen en contenedores especialmente fabricados, según la mayor aerolínea de carga de Europa.
Ningún avión, ni siquiera un carguero especialmente diseñado, podría mantener las vacunas a los 80 grados Celsius bajo cero especificados por Pfizer Inc. para su tratamiento, según el director ejecutivo de Cargolux Airlines International SA, Richard Forson. Eso haría que el envío en cajas personalizadas fuera la única opción viable, dijo el jueves.
“El contenedor en sí puede permanecer a temperatura ambiente porque está protegido por dentro”, dijo en un seminario web del London Aviation Club, y agregó que la capacidad no será un problema. “Todos los aviones de pasajeros del mundo serán reclutados para transportar estas vacunas”, dijo.
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Pfizer y su socio alemán, BioNTech SE, entregaron las noticias más prometedoras sobre una posible vacuna contra el covid-19 a principios de esta semana, cuando un estudio mostró que su inoculación previno más de 90% de las infecciones sintomáticas en el ensayo de decenas de miles de voluntarios. Si bien el producto permanece en ensayos clínicos, la atención ya se está centrando en cómo se puede fabricar y transportar una dosis probada en las cantidades necesarias para vacunar a la mayor parte del mundo.
Un posible obstáculo puede ser que aparezcan cuellos de botella en otros sectores de la cadena de suministro, dijo Forson, ya que Pfizer ha dicho que la caja que transporta la vacuna permitirá una vida útil de solo 10 días. Además, se puede abrir no más de dos veces durante un período máximo de un minuto a la vez, agregó.
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“La parte más corta de la vida útil de esa vacuna será a bordo de nuestro avión, y estamos bastante acostumbrados a transportar productos farmacéuticos por avión”, dijo el director ejecutivo. “Lo importante es el último tramo, llevarlo al hospital o clínica donde se va a usar”.
La mejor solución sería que la vacuna se fabricara en la mayor cantidad de lugares posible, “en lugar de producir miles de millones y transportarlos por todo el mundo”, señaló.
Incluso entonces, el almacenamiento será un gran desafío, según Forson, cuya compañía con sede en Luxemburgo opera una red global de almacenamiento y alimentación de carreteras, además de su flota de 30 cargueros Boeing 747.
“Es necesario tener la capacidad de enfriamiento”, dijo. “En Occidente, tal vez puedan darse el lujo de adquirir dicho equipo. Si miramos a África, Sudamérica y otros países en desarrollo, hay que preguntarse cómo lo van a almacenar”.
