Cristina Junqueira sabía que tenía que hacer un cambio. Dejó la consultoría de gestión para obtener un MBA en la Northwestern University y terminó en la banca, supervisando una cartera de tarjetas de crédito en el brasileño Itaú Unibanco Holding SA. Ascendió durante cuatro años hasta 2013, cuando renunció, cansada de vender a las personas productos que, según ella, en realidad no querían.
Poco después, conoció a David Vélez, un ejecutivo de capital privado colombiano que estaba intentando crear un banco digital para competir con los gigantescos prestamistas de Brasil. Pero necesitaba a alguien con conocimientos internos.
“Conocía la industria y vi la oportunidad perfecta para demostrar que estaban equivocados, para construir algo que la gente realmente quisiera”, dijo Junqueira en una entrevista de 2019.
Ocho años después, la brasileña de 39 años acaba de unirse a un grupo extremadamente pequeño de banqueras multimillonarias que se hicieron a sí mismas.
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Nu Holdings, el banco digital que crearon juntos, salió a bolsa el miércoles, valorando la participación de Junqueira en US$1.100 millones. Ni ella ni Nubank, como se conoce a la empresa, quisieron emitir comentarios para este artículo.
Las mujeres que se han hecho a sí mismas representan menos del 3% de las 500 personas más ricas del mundo, según el índice Bloomberg Billionaires. Aunque hay algunas historias de éxito recientes, como la de la banquera india convertida en magnate de la belleza Falguni Nayar, la lista sigue siendo mayoritariamente blanca y masculina.
Y mientras los hombres que se han hechos a sí mismos representan casi dos tercios del índice de riqueza, ninguna de las pocas mujeres multimillonarias hechas a sí mismas proviene de América Latina.
“Las startups existen para construir el futuro, pero en términos de equilibrio de género, ese futuro se parece mucho al presente”, dijo Rafaela Bassetti, directora ejecutiva de Wishe, una plataforma de financiación colectiva para startups fundadas por mujeres.
Momento complicado
La OPI de Nubank coronará un año récord de más de US$600.000 millones en salidas a bolsa en todo el mundo, un frenesí que ha impulsado uno de los períodos de creación de riqueza más rápidos de la historia moderna.
Sin embargo, llega en un momento complicado. Nubank sale a bolsa en Estados Unidos justo cuando las empresas brasileñas retiran sus ofertas planificadas en la bolsa local en medio de un crecimiento mediocre, las consecuencias de las más de 616.000 muertes relacionadas con el covid y una situación política que asusta a algunos inversionistas.
Las OPI en las bolsas de EE.UU. han tenido mejores resultados. El precio de la operación, de US$9 por acción, se ubicó en el extremos superior del rango indicado. El 20% de la participación del director ejecutivo y cofundador de Nubank, David Vélez, está valorado en US$8.900 millones, lo que lo convierte en la décima persona más rica de América Latina. Junqueira posee aproximadamente el 2,6% de Nubank y la participación de su tercer fundador, Edward Wible, no fue revelada en el prospecto de la OPI.
Junqueira tuvo que enfrentarse a dificultades especialmente grandes para ascender en Brasil. Aunque la disparidad de género es un problema en todo el mundo, es pronunciada en América Latina. Solo el 1% de las empresas que componen el índice bursátil de referencia de Brasil tienen una mujer como directora ejecutiva, frente al 6% del índice S&P 500, según datos de Bloomberg. Y menos del 10% de las startups del país cuentan con una mujer entre sus fundadores, según un estudio de Distrito Dataminer, B2Mamy y Endeavor.
“Los ecosistemas de tecnología e innovación en Brasil son mayoritariamente masculinos”, dijo Lilian Natal, socia de Distrito. “Miras a tu alrededor y sientes que no perteneces”.
El director ejecutivo Vélez, antiguo socio de Sequoia Capital, uno de los primeros patrocinadores de Nubank, tendrá cerca del 75% de los derechos de voto de la empresa tras la salida a bolsa. Junqueira dirige las operaciones brasileñas de Nubank, donde se origina la mayor parte de sus ingresos.
Sin las conexiones de Vélez con el capital privado “las cosas podrían haber sido muy diferentes”, dice Bassetti, de Wishe. “Eso es lo que frena a muchas startups fundadas por mujeres”.
Hija de dos dentistas, Junqueira nació en Ribeirão Preto, una ciudad en el campo del estado más rico de Brasil, São Paulo, Junqueira estudió ingeniería y luego trabajó en Boston Consulting Group.
Disculpa pública
Con más de 48 millones de clientes y operaciones en Brasil, México y Colombia, su apuesta por Nubank dio sus frutos. Pero ha habido errores.
Junqueira desató una polémica tras decir en una entrevista televisiva el año pasado que Nubank no podía “bajar de nivel” para aumentar el número de negros en la gerencia. Después de una reacción violenta en las redes sociales, los fundadores de Nubank se disculparon y se comprometieron a aumentar la representación de los negros en sus filas gerenciales. La historia incluso apareció en la sección de “factores de riesgo” del prospecto de oferta de la empresa.
Junqueira, madre de dos hijos con otro en camino, se destaca en la industria financiera de Brasil por hablar abiertamente de los desafíos del equilibrio entre la vida laboral y privada. Su cuenta de Instagram está llena de detalle sobre su vida familiar —vivió con su suegra durante la pandemia, que la ayudó con los niños—, incluida su pasión por todo lo relacionado con Disney y Lego.
“Ser madre y tener un trabajo de tiempo completo es una habilidad real que debería valorarse mucho más de lo que se hace”, dijo en una entrevista a principios de este año. “En mi caso, se trata de tomar decisiones muy difíciles y tener claras mis prioridades”.