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BCE entierra agenda de diversidad y da cargo alto a varón maduro

Cuando llegó el gran momento, las autoridades del Banco Central Europeo pusieron su agenda de diversidad en el fondo del cajón.

Central Bank President Guido Sandleris Interview
Central Bank President Guido Sandleris Interview | Bloomberg

Cuando llegó el gran momento, las autoridades del Banco Central Europeo pusieron su agenda de diversidad en el fondo del cajón.

Cuando se le pidió que eligiera, mediante una votación secreta el miércoles, entre dos candidatos experimentados –un hombre y una mujer– al puesto de principal supervisor bancario, el Consejo de Gobierno del BCE se decidió por Andrea Ernia, un hombre blanco de 57 años.

La designación del presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) fue una prueba particularmente destacada porque es el nombramiento más importante en el que el BCE puede influir. Otros puestos altos son asignados por los Gobiernos de la eurozona, y este año, un miembro de la Comisión Ejecutiva, Benoît Coeuré, pidió a los líderes que tomen "medidas más decididas" para nombrar mujeres.

Si bien el italiano Enria está bien calificado después de más de siete años de gestión en la Autoridad Bancaria Europea, su nombramiento constituye un giro impresionante tras semanas en las que Sharon Donnery, vicegobernadora del banco central de Irlanda, era considerada la favorita. También socava la promesa del BCE de aumentar el número de altos cargos en manos de mujeres.

"El BCE es cada vez más un club de chicos viejos", dijo Klaus Fleischer, profesor de Finanzas en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Múnich. "Esto no se ve bien. Las entidades de préstamo que supervisa el BCE y otros bancos centrales pueden aumentar el número de mujeres calificadas en posiciones de liderazgo, mientras que el BCE parece estar sumido en maquinaciones políticas a lo largo de la división norte-sur de Europa".

Ahora, el liderazgo del MUS pasará de dos mujeres a dos hombres. Enria reemplazará a Danièle Nouy el 1º de enero y el mandato no renovable de la vicepresidente Sabine Lautenschläger finalizará a mediados de febrero. El reemplazo de Lautenschläger saldrá de la Comisión Ejecutiva del BCE, integrada por ella y cinco colegas hombres. Lautenschläger también es una de las únicas dos mujeres sobre 25 miembros en el Consejo de Gobierno, que establece la política monetaria.

Presión parlamentaria

El Parlamento Europeo debe aprobar al candidato para dirigir el MUS y se ha quejado con frecuencia del desequilibrio de género. En 2012, la institución retrasó el nombramiento de Yves Mersch a la Comisión Ejecutiva como protesta simbólica, y a principios de este año protestó cuando los únicos candidatos presentados para la vicepresidencia fueron dos hombres.

Sin embargo, fue la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento la que abrió el camino a Enria. Después de celebrar audiencias informales el mes pasado para los candidatos preseleccionados por el BCE, llegó a la conclusión de que tanto él como Donnery eran aceptables. Un tercer candidato, el francés Robert Ophèle, fue rechazado.

El presidente del comité, Roberto Gualtieri, también italiano, escribió al presidente del BCE, Mario Draghi, diciendo que Donnery se destacaba por su género, mientras que Enria resaltaba por su experiencia, según una carta confidencial obtenida por Bloomberg. Draghi, casualmente, se dirigirá al Parlamento irlandés este jueves.

El BCE impuso objetivos de género en 2013, con la meta de que el 35 por ciento de los puestos de gestión fueran ocupados por mujeres para 2019. A fines del año pasado, la cifra se situó en el 27 por ciento, por debajo incluso del objetivo provisorio del banco.

Por su parte, Draghi deja su cargo en octubre, y aunque apenas si se ha comenzado a discutir quién lo reemplazará, hay un único nombre femenino en juego: Christine Lagarde, la directora general del Fondo Monetario Internacional, quien ha dicho que no quiere el puesto.