Para los inversores en bonos argentinos el martes fue un día de locos. Luis Caputo, quien fuera operador por años en JPMorgan y Deutsche Bank antes de encabezar una gestora de activos en Buenos Aires y hacerse cargo de las finanzas en el gobierno del presidente Mauricio Macri, era querido y respetado por el mercado. Algunos incluso bromeaban que debían hacerle una estatua o ponerle su nombre a una avenida. El Lionel Messi de la administración, según otros.
Entonces cuando el "solucionador", que negoció con el gigante de los fondos de cobertura Paul Singer para terminar una batalla de retención de deuda que duró una década y convenció a inversores en deuda de mercados emergentes de apostar por un bono a 100 años, presentó su renuncia a la presidencia del Banco Central de la República Argentina, la reacción inicial fue de ligero temor.
Los verdaderos motivos de la renuncia de Luis Caputo al Banco Central
Los rendimientos de los bonos, que se habían estabilizado en los últimos días, aumentaron apenas se conoció la noticia. La idea de que una economía vulnerable estuviese a punto de perder a uno de sus líderes no le cayó bien a los inversores.
Al menos por un rato. Al final, los operadores se calmaron y decidieron que el nuevo presidente del ente emisor no es tan malo: Guido Sandleris es visto como un tecnócrata muy versado en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
Así piensa Guido Sandleris, reemplazante de Caputo en el Banco Central
Los rendimientos acabaron no muy lejos de donde empezaron:
El peso ha bajado más de 3% y todavía no está claro qué ayuda adicional puede esperar Argentina del Fondo Monetario Internacional, pero según el ministro de Economía, Nicolas Dujovne, "el acuerdo es inminente" y Sandleris es "brillante".