El mercado de bonos de México ha dado un giro completo desde la elección de Andrés Manuel López Obrador el 1 de julio, y ninguna industria lo muestra mejor que las entidades crediticias del país.
Los bonos de Financiera Independencia, Crédito Real y Unifin Financiera han registrado ganancias de al menos 6,4 por ciento, superando el rendimiento promedio del 1,9 por ciento de las empresas mexicanas y el promedio del 0,5 por ciento de los mercados emergentes.
El izquierdista López Obrador generó preocupación entre los inversionistas de que limitaría las tasas de interés máximas sobre los préstamos o impondría otras restricciones a la industria bancaria. Hasta el momento, ninguna de esas propuestas se ha materializado.
"Antes de las elecciones, estos prestamistas estaban en mayor riesgo por cualquier cambio adverso en la regulación", dijo Sean Newman, administrador de cartera de Invesco Advisers en Atlanta. El rendimiento actual de los bonos "refleja un menor nivel de preocupación".
Y al contrario, el nuevo presidente puede terminar fortaleciendo las perspectivas de los prestamistas. Los proyectos de desarrollo propuestos en el sudeste pueden aumentar los ingresos en regiones que antes se pasaban por alto y con ello ampliar su base de clientes.
"Crea un entorno que promoverá el crédito al consumo y el crédito para las pequeñas y medianas empresas", dijo Roger Horn, analista jefe de mercados emergentes de SMBC Nikko Securities America, durante una entrevista desde Nueva York. "El desarrollo regional lejos de Ciudad de México significa más oportunidades para que las personas tengan mayores ingresos, y con mayores ingresos querrán comprar cosas. Estas compañías financian eso".