Nada sale bien para los cafeteros brasileños. En mayo, una huelga nacional de camioneros dejó varados los granos en las granjas, y el mes pasado los precios se desplomaron hasta alcanzar el valor más bajo en 12 años por una superabundancia global. Ahora, una escasez de barcos de contenedores en los principales puertos de Brasil está paralizando la exportación de una cosecha extraordinaria de café.
Para el principal exportador mundial del producto, un cambio en el mercado global de cargas hace que los barcos de contenedores lleguen con menos frecuencia a los puertos, lo cual limita el espacio para materias primas menos atractivas, entre ellas el café, y los depósitos están repletos de granos. “Los envíos se han pospuesto por días o semanas”, dijo Nelson Carvalhaes, presidente del grupo exportador Cecafé en São Paulo, en entrevista telefónica.
Luiz Alberto Azevedo Levy Jr., socio administrador de Dínamo, con sede en Minas Gerais, una de las operadoras de depósitos más grandes, dijo: “Si las exportaciones no fluyen más rápidamente, se intensificarán los problemas de almacenamiento en los próximos 30 días” en los terminales repartidos por todo el país. “La cosecha finalizó, pero la mayoría de los granos sigue secándose y preparándose”, lo que hará que un “volumen enorme” se encamine a los depósitos en los próximos meses, dijo Azevedo Levy en entrevista telefónica.
Exportaciones en alza
Este año, probablemente la producción de café de Brasil haya crecido 33 por ciento respecto a la temporada anterior, al récord de 59,9 millones de bolsas, según Conab, la agencia nacional de suministro. Las exportaciones podrían aumentar 10 por ciento y llegar a 34 millones de bolsas, afirmó Cecafé. Una bolsa pesa 60 kilos.
Los propietarios de barcos están usando naves de mayor tamaño y realizando menos viajes para bajar costos, dijo José Cândido Senna, coordinador general de Comus, una asociación de clientes portuarios y aeroportuarios, en entrevista telefónica. El tráfico de barcos de contenedores en el puerto de São Paulo podría bajar 5 por ciento este año tras achicarse 35 por ciento entre 2010 y 2017, dijo Senna. “Es una cuestión de oferta y demanda”, añadió. “Están aumentando los flujos de cargas mientras se reduce el número de barcos disponibles”, señaló Senna.
Al puerto de Santos, el más grande de Brasil, están llegando barcos de mayor tamaño con menos frecuencia, dijo Senna. “En vez de llegar cada semana, llegan una vez cada 15 días o más”. A medida que se llenan los barcos, algunas materias primas, como el café, se quedan sin espacio. “Tienen menos valor agregado y son las primeras en quedarse afuera cuando el barco tiene espacio limitado”, agregó. Un calado más profundo en Santos permite que atraquen barcos de contenedores de mayor tamaño, dijo Senna. El número de barcos de ese tipo que atracaron en los siete meses terminados el 31 de julio disminuyó 3 por ciento, mientras que las importaciones y exportaciones aumentaron 12 por ciento.