El piloto de aviación Ernesto Barcella señaló que la compra de los 24 aviones F-16 “es una campaña mediática” porque no tienen "valor estratégico”. El hombre conocido por haber aterrizado sin autorización británica en las Islas Malvinas en 1998 agregó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), que la adquisición no representa un fortalecimiento de la soberanía ni un salto tecnológico para la Fuerza Aérea, y que se trata de aeronaves “en la última fase de su vida útil”.
Ernesto Barcella es un piloto de avión que cuenta con más de 1000 horas de vuelo. Trabajó más de 20 años en instrumentación y electrónica de aviación. En el año 1998 protagonizó un hecho histórico al aterrizar sin permiso en las Islas Malvinas con un avión cargado de mercadería, siendo el primer civil en hacerlo desde la guerra de 1982, lo que resultó en su detención temporal por las autoridades británicas.
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¿Tuvo alguna consecuencia aquel hecho en Malvinas para usted, más allá del momento?
Esa es una historia ya un poquito larga. Fue en 1998. Tal vez mucha gente no se acuerde o no lo tenga presente, pero han pasado muchos años. Hubo varias consecuencias en su momento. Eso me dio a mí la capacidad de entender muchas cosas a nivel geopolítico, no solo de Argentina, sino a nivel general, y de entender cómo realmente se mueven las fuerzas que controlan todo.
Cuando pasó el tiempo, ¿qué pasó?
Se encargaron de anular mi licencia de vuelo y esas cosas. Era la única acción punitiva que podían sacar de la manga, porque la acción de soberanía ya estaba dada, ya había sido hecha. La reivindicación de la soberanía era el objetivo central del viaje, y por supuesto la memoria de nuestros caídos, de nuestros héroes. No es por darme chapa, pero hasta esa época de Malvinas se hablaba siempre en voz baja. Y después de eso fue como que vino un renacer, un resurgimiento. La soberanía tiene dos caminos, como la mayoría de las cosas: o se sostiene o se entrega.
¿Y en qué momento estamos para usted? ¿Se está sosteniendo o entregando?
La respuesta creo que es bastante obvia, ¿no? No sé si yo tengo que dar la respuesta. Este no es un momento particular de que se esté entregando. Desde hace tiempo la soberanía se ha entregado en una forma indiscutida. Todos quieren venir a camuflarla de una forma u otra, pero siempre se entregó en forma ininterrumpida desde aquel entonces. Pero esto no es un problema único de Argentina. Todos los países que perdieron un conflicto armado, una guerra, siempre tuvieron una entrega de soberanía inmediata posterior a eso. Algunos tuvieron una recuperación más rápida y otros la han entregado históricamente.
Nos comunicamos con usted por su conocimiento en la aviación y lo que hemos visto en los últimos días con la llegada y la compra, por parte de la Argentina, de los aviones F-16. ¿Qué opinión le merece? ¿Fue una buena adquisición?
He seguido un poco al tema este último tiempo que ha tenido más trascendencia. Una compra de equipamiento militar siempre se analiza de una forma en profundidad y tiene un objetivo. Y el objetivo es siempre dar sustento a la operatividad de un sistema, de un sistema militar de un país. Tiene razones estratégicas y tácticas. Lo que está haciendo esta administración no es nada más que una campaña mediática, porque como valor estratégico en sí estos aviones no cumplen ninguna función.
¿No tiene ningún valor estratégico?
De la forma que se lo están presentando, que es una recuperación del equipamiento de las Fuerzas Armadas, me parece que no, porque inclusive ya se intentaron hacer maniobras similares en otros gobiernos. Creo que en el de Mauricio Macri había unos aviones que venían de Francia, unos Super Étendard similares a los que se usaron en Malvinas, y después quedaron en nada. El hecho es que estos aviones son del año 80. Y está bien que los aviones se mantienen. Es decir, el avión puede seguir volando siempre que se lo mantenga con sus consumibles, con sus componentes que son necesarios. Pero los componentes de estos aviones ya no se fabrican más porque las fábricas ya están en otra cosa hoy en día.
Aparte, el proveedor es precisamente Inglaterra. Hizo hincapié en que estos aviones no tengan ningún sistema de armas que pueda ser constructivo para la historia como la de Malvinas. Entonces, de ahí en más está bien que la Fuerza Aérea obtenga ciertas aeronaves para mantener su operatividad, pero no veo que esto pueda ser un reequipamiento para decir que “tiene un valor estratégico” a nivel militar, a nivel de sostener la soberanía.
Pero se ha gastado un dineral en esto, ¿no?
No sé exactamente cuánto. Yo creo que he escuchado por ahí que se habían comprado los aviones por algo de 2 millones de dólares. Un avión de última generación cuesta mucho más que eso. A mí me parece que estos son aviones que ya estaban en la última fase de su vida útil y ya estaban para ponerlos en la plaza o en el parque. El avión puede seguir volando, se pueden entrenar los pilotos y todo lo que usted quiera, pero hay que compararlo con un auto de Fórmula Este sería un auto de Fórmula 1 como los que corría Carlos Reutemann. Entonces, los pilotos actuales no podrían correr con los autos de Fórmula 1 con los que corría Reutemann.
Hay que entender que el avión no es como la Primera Guerra Mundial, que usted dice: “Tengo un avión y tengo un buen piloto”. Seguro que los hay, porque Argentina siempre los tuvo y siempre los habrá y ya está, pero no es así. El sistema moderno es un sistema de armamento que es muy complejo. Los aviones tienen equipamientos internos que van variando a través de los años de la producción. La producción del F-16 fue muy larga, todavía lo siguen fabricando, pero estos modelos ya se hicieron por “bloques”. Después se modifican, se arman con diferentes motores y los sistemas de armas cambian con respecto al país en que van a ser aplicados. El F-16 es un modelo muy versátil, muy flexible. Entonces puede cumplir un rol muy amplio, pero por ese mismo motivo tiene muchas variantes. Entonces, esto no le da a la Argentina un perfil de peso en el Atlántico Sur.
¿Compramos aviones de 1980?
Aparentemente sí. El F-16 es un avión que surge de un diseño posterior a la guerra de Vietnam, donde se diseña un avión más chico que los que se usaban en esa época y más ágil, con motores más potentes y de mayor empuje, y salió un diseño muy bueno, hay que decir la realidad. Pero a través de todos esos años han cambiado. Estos F-16 se pueden desarmar internamente para ponerles todo un sistema de armas nuevo y tener un avión nuevo, pero la geopolítica dictamina que a Argentina nunca se le va a dar armamento de última generación. El equipamiento de última generación involucra radares muy complejos, enlaces satelitales continuos, y los países proveedores de armamento, como Estados Unidos, Europa e Inglaterra, se reservan la parte con una señal satelital pueden desactivar cualquier sistema de armas. Y esto no es solamente para aviones. Ya está incluido en armamento de tierra, en armamento de artillería y todo lo demás. Entonces hay que entender que no es un lavarropas que lo vamos a enchufar y va a seguir andando.
Y un dato central es que Gran Bretaña no va a permitir que le vendan esta última generación a la Argentina.
No, absolutamente. Y si así fuera, ellos siempre se guardarían el código ese mágico que se envía por satélite y desactiva el último grito de la moda en armamento. Nunca lo van a permitir. No es tener un avión y el coraje de nuestros pilotos y ya está. Está todo enlazado por el lado geopolítico, que es político.
¿Le gustaría volver a Malvinas o ya está?
Por supuesto. Esa pregunta siempre es de rigor, siempre me la han hecho. Yo creo que a todos los que han estado en Malvinas en su momento, los combatientes y los que fueron parte de la epopeya de Malvinas, les gustaría volver. Ahora, hay que tener un apoyo emocional por parte de la esencia de la nación, y creo que el apoyo emocional está. La parte que nunca pudo llegar a clarificarse es si el apoyo puede ser oficial o no. En el caso mío, yo estoy claro de que eso nunca fue por el hecho con el que se me ha castigado.
Aprovecho para dejarles una inquietud. Desde hace un tiempo me ha interesado poder ponerme en contacto con Cristina Kirchner. Ella seguro se acuerda de mi porque en su momento era diputada de Santa Cruz había planeado hacerme un recibimiento especial al retorno a mi viaje a Malvinas, pero como nunca llegue a Santa Cruz, nunca ocurrió. Los muchachos de radio Rebelde me permitieron ponerme en contacto con el Gral. César Milani pero con Cristina no se ha podido. La realidad actual de Argentina es el motivo principal.
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