La coalición gobernante de la canciller Angela Merkel ha acordado un paquete histórico por un total de unos 54.000 millones de euros (US$60.000 millones) para volver a encauzar las políticas climáticas de Alemania, aliviando así la creciente presión en el país y dándole algo que mostrar en una conferencia de la ONU la próxima semana.
Después de más de 16 horas de negociaciones durante la noche que comenzaron el jueves en Berlín, el bloque liderado por los demócratas cristianos de Merkel y los socialdemócratas acordaron poner un precio a las emisiones de dióxido de carbono para los sectores de transporte y calefacción y promover un cambio hacia los vehículos eléctricos.
Merkel dijo que Alemania ha aprendido de sus dificultades para reducir las emisiones en los últimos años y continuará evaluando el programa para garantizar que el país cumple con sus objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono.
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“Hemos creado numerosos incentivos, para que las personas puedan comportarse de una manera más responsable con el medio ambiente”, dijo Merkel. “Creemos que podemos alcanzar estos objetivos”.
Alemania no espera que el plan requiera aumentar la deuda. Los costes de incentivos tales como la promoción de vehículos eléctricos y la actualización de hornos antiguos se compensarán con los ingresos obtenidos de los certificados de dióxido de carbono.
Los líderes de Alemania estaban bajo presión para llegar a un acuerdo, y el país se encuentra muy rezagado respecto a sus objetivos climáticos. Decenas de miles de manifestantes se congregaron en Berlín, Hamburgo, Múnich y alrededor de otras 500 ubicaciones en toda Alemania como parte del movimiento Viernes para el Futuro. El ministro de Hacienda, Olaf Scholz, dijo que las manifestaciones eran una “llamada de atención”.
Merkel se ha enfrentado a protestas este año que exigían medidas para frenar las emisiones. El Partido Verde ha ganado posiciones en las encuestas a medida que el impacto del calentamiento global se hace cada vez más evidente, con un aumento de los incendios forestales y el impacto de las sequías en el río Rin.
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Algunos de los líderes del SPD habían indicado que presionarían para que el partido abandonara la coalición de Merkel si el Gobierno no acordaba medidas climáticas significativas.
Junto con las preocupaciones medioambientales, el plan podría aumentar el gasto en un momento en que Alemania se enfrenta a llamamientos para impulsar su economía en desaceleración. Merkel, quien dijo que su Gobierno reaccionará “dependiendo de la situación”, hasta ahora se ha resistido a los llamamientos para que tome medidas preventivas a fin de reactivar el crecimiento.
