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Coronavirus dañará más la economía que gripe española: N. Smith

Para los amantes de la historia, la pandemia de la COVID-19 debe parecer inquietantemente familiar. Hace casi exactamente un siglo, otro virus respiratorio arrasó el mundo y mató a millones de personas en cosa de meses. En 1918 y 1919, la llamada gripe española (que en realidad comenzó en otro lugar, quizas en Austria o Kansas), se propagó por los movimientos de tropas de la Primera Guerra Mundial y mató a entre 17 millones y 100 millones de personas en todo el mundo. Esa cifra incluye 675.000 m

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Para los amantes de la historia, la pandemia de la COVID-19 debe parecer inquietantemente familiar. Hace casi exactamente un siglo, otro virus respiratorio arrasó el mundo y mató a millones de personas en cosa de meses. En 1918 y 1919, la llamada gripe española (que en realidad comenzó en otro lugar, quizas en Austria o Kansas), se propagó por los movimientos de tropas de la Primera Guerra Mundial y mató a entre 17 millones y 100 millones de personas en todo el mundo. Esa cifra incluye 675.000 muertes en Estados Unidos, que en proporción a la población actual sería equivalente a aproximadamente 2 millones de personas, cerca del límite superior de las estimaciones de posibles muertes por coronavirus.

Naturalmente, esta catástrofe perjudicó la economía. La gripe española, a diferencia de la COVID-19, tendía a matar a personas entre los 20 y 40 años, sus años más productivos. Además, muchas ciudades respondieron a la amenaza de la misma manera que lo están haciendo ahora los estados con el distanciamiento social. Las medidas incluyeron el cierre de escuelas e iglesias, la prohibición de reuniones masivas, el uso obligatorio de máscaras y otras restricciones.

La combinación del temor al virus y las intervenciones del gobierno dañaron profundamente el comercio minorista y otros negocios que dependían del tráfico peatonal, muy parecido a lo que ocurre en la actualidad. Un informe de 2007 del Banco de la Reserva Federal de St. Louis documenta muchos casos de comerciantes que perdieron sus negocios en Little Rock, Arkansas y Memphis, Tennessee. Pero de alguna manera, el país logró evitar una profunda depresión en los años posteriores a la pandemia. El desempleo para los sindicalistas aumentó solo un poco:

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El crecimiento de la producción industrial en realidad se mantuvo bien en 1919. Y una recesión en 1920 y 1921 —que probablemente se debió más a la desmovilización de la Primera Guerra Mundial que al virus— se revirtió rápidamente y dio paso a la prosperidad de “Los locos años 20”:

¿Por qué la gripe española no devastó la economía estadounidense como lo ha hecho el coronavirus? Es tentador concluir que los bloqueos de hoy en día son simplemente más duros que las medidas de distanciamiento de 1918. Pero aunque los datos de la época no son de la misma calidad, las anécdotas en el informe de la Fed de St. Louis sugieren que las empresas minoristas sufrieron enormemente, al igual que ahora. El temor al virus, no las restricciones gubernamentales, probablemente fue la principal razón de la pérdida de ingresos en ese entonces, al igual que en la actualidad.

Un factor más importante fue la diferencia en la estructura de la economía. Hace un siglo, menos de la mitad de todos los trabajadores estaban empleados en industrias de servicios; ahora, alrededor de 86% lo está. La manufactura y la agricultura fueron menos vulnerables a la pandemia que las empresas minoristas y otras que dependían mucho del tráfico de clientes.

El impacto de la economía de guerra fue un factor relacionado. Como algunos economistas han señalado, la Primera Guerra Mundial aún ejercía una tremenda influencia en la producción en 1918. El gobierno simplemente ordenó que las fábricas permanecieran abiertas para satisfacer las necesidades de la guerra. Esto probablemente empeoró la epidemia, pero redujo el golpe a la producción económica. Para cuando la economía comenzó a volver a las industrias de tiempos de paz, la gripe ya había desaparecido.

Un tercer factor son las comunicaciones. Hoy, los estadounidenses de todas las clases sociales pueden encontrar toda la información que necesitan sobre el coronavirus con unos pocos toques en su teléfono inteligente o encendiendo las noticias por cable. Pero ninguno de estos dos medios existía en 1918. Y gracias a la dura censura en tiempos de guerra, los periódicos a menudo temían imprimir noticias sobre la epidemia, para no parecer antipatrióticos. De hecho, el virus se llama gripe española solo porque España era un país neutral en la Primera Guerra Mundial y, por lo tanto, permitía a los periódicos imprimir el sombrío número de muertes nacionales. La supresión de información en EE.UU. y otras potencias occidentales probablemente hizo que las personas fueran más propensas a salir a comprar, incluso a costa de muchas vidas.

El costo oportunidad podría ser un cuarto factor. El mundo de hoy es mucho más rico que el de 1918. Gran parte de lo que salimos a comprar son productos no esenciales como comidas en restaurantes, cortes de pelo de moda o nuevos productos electrónicos. Hace un siglo, un porcentaje más alto de las compras realizadas por los estadounidenses eran alimentos y productos de primera necesidad, cosas que las personas simplemente no podían prescindir por unos meses.

¿Qué pasó después de que terminó la pandemia? La Fed de St. Louis cita investigaciones que muestran que la gripe española en realidad aumentó el crecimiento en los estados más afectados, posiblemente al empujarlos hacia tipos de producción más intensivos en capital. El equivalente actual sería un cambio hacia una mayor automatización. Las ciudades con bloqueos más rápidos y efectivos también se recuperaron más rápidamente.

Pero al menos dos factores tenderán a hacer que el daño económico del coronavirus dure más que el de la gripe española. Primero, las cadenas de suministro internacionales se están reduciendo en todo el mundo. La pandemia probablemente estimulará a los países a producir menos en el extranjero ahora que conocen el riesgo; será una transición costosa y dolorosa. En segundo lugar, tanto los consumidores como las empresas están más apalancados que hace un siglo, y esa deuda puede combinarse con el impacto económico de la pandemia y causar una recesión del balance.

Entonces, aunque el costo humano del coronavirus probablemente terminará siendo menor que el de la gripe española, el costo económico puede ser mayor y durar más. La economía de 2020 es simplemente mucho más vulnerable a las pandemias que la economía de 1918.