El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está viviendo su primera crisis de gabinete por un escándalo de financiamiento de campaña que está sacudiendo a su gobierno justo cuando se prepara para presentar su proyecto insignia al Congreso.
Gustavo Bebianno, el secretario general de la presidencia, ha sido presionado para renunciar debido a los informes que indican que el partido PSL que presidió, y al que pertenece Bolsonaro, podría haber utilizado mal los fondos de la campaña en las elecciones del año pasado. El miércoles, el presidente le dijo a TV Record que ordenó una investigación policial sobre el caso que provocó una ruptura entre su familia, amigos y aliados, y hasta un tuit de su hijo Carlos tildando a Bebianno de mentiroso.
El escándalo, el segundo que involucra a uno de los hijos de Bolsonaro desde que asumió el cargo el 1 de enero, llega en un momento inoportuno. La administración está a punto de enviar al Congreso una propuesta para recortar los beneficios pensionales que, según los inversionistas, podrían mejorar o empeorar tanto la salud económica del país como el futuro político de Bolsonaro. El gobierno necesita cada voto del PSL, que ha llegado a rivalizar con el partido opositor PT como el más grande en la cámara baja, según el sitio web de la Cámara.
Si Bebianno está involucrado en irregularidades, debe regresar "a sus orígenes", dijo Bolsonaro a TV Record después de regresar del hospital donde se le realizó una cirugía intestinal.
El mes pasado, el presidente tuvo palabras similares para otro de sus hijos, Flavio, quien estuvo en el foco de los medios de comunicación por las sospechosas transacciones bancarias descubiertas por un órgano supervisor del gobierno. En ese punto, Bolsonaro dijo a Bloomberg que si su hijo había cometido un error, "entonces, como padre, lo siento, pero él pagará el precio por eso".
