Mario Draghi presionará para lograr un alza de las tasas de interés antes de terminar su período como presidente del Banco Central Europeo (BCE) el próximo año, según prevén economistas encuestados por Bloomberg.
La mayoría de los consultados postergó sus expectativas para un alza a septiembre de 2019, el mes antes de que Draghi deje el cargo. El cambio es una reacción a la guía de política monetaria de las autoridades, de que las tasas permanecerán en sus mínimos al menos durante el verano.
De no ser por una seria escalada de las tensiones comerciales o un deterioro del escenario para la economía, está previsto que las compras de bonos terminen este año, tal como se anunció, y los economistas no esperan un cambio respecto al curso de la política monetaria hasta marzo.
No se esperan sorpresas en la próxima reunión del Consejo de Gobierno el jueves, pues economistas de Citigroup afirman que el BCE está en “piloto automático en el futuro cercano”.
Después de que el BCE diera un paso hacia el fin de su inédito programa de estímulo monetario en junio, Draghi reiteró su confianza en un repunte sustancial de la inflación, durante su presentación ante legisladores europeos la semana pasada. También enfatizó que el apoyo monetario continuaría siendo significativo, incluso después de que se termine con la compra de bonos.
Economistas proyectan que el BCE elevará su tasa de interés de depósitos a menos 0,2 por ciento desde menos 0,4 por ciento en septiembre del próximo año. No se espera un alza en la tasa de refinanciamiento de referencia, actualmente en cero, hasta diciembre de 2019, cuando Draghi ya se haya retirado del banco central. Las proyecciones anteriores apuntaban a alzas en el segundo y tercer trimestre del próximo año, respectivamente.
Un creciente conflicto comercial mundial supone el mayor riesgo para la economía de la eurozona, revela la encuesta. Piet Christiansen, economista sénior de Danske Bank, afirma que está siguiendo con atención los indicadores de confianza, en busca de señales de cualquier reacción al conflicto entre Estados Unidos y sus socios comerciales.
Si bien los miembros del BCE han señalado el proteccionismo como una importante fuente de incertidumbre, también han hecho énfasis en la fortaleza de la economía de la eurozona. La actividad del sector privado ha repuntado desde un débil inicio de año, y un alza en los pedidos de fábrica en la mayor economía de la región permiten anticipar un buen escenario.
Los economistas creen que se requeriría muchos y fuertes elementos para que los miembros del BCE cambien de opinión y extiendan la compra de bonos hasta el próximo año.
Entre las potenciales razones estarían:
*Un deterior del panorama de inflación, por debajo de 1 por ciento
*La escalada de la disputa arancelaria para pasar a una guerra comercial
*Una marcada desaceleración del crecimiento y una caída en la confianza empresarial
Si todo marcha según el plan, los economistas consultados predicen que Draghi entregará más claridad sobre el plan de salida del relajamiento monetario en marzo, incluyendo datos específicos sobre la primera alza de las tasas de interés.