China ha intensificado una campaña para transferir su responsabilidad frente al coronavirus mediante el uso de cuentas falsas de redes sociales para promover teorías de conspiración sobre la fuente del virus, dijo el Departamento de Estado, a medida que Pekín adopta cada vez más técnicas de desinformación al estilo ruso.
Analistas del Centro de Compromiso Global del Departamento de Estado han hallado evidencia de una campaña vinculada al gobernante Partido Comunista en la que las cuentas administradas por embajadores chinos y otros funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores ganaron cientos de nuevos seguidores por día. Muchas eran cuentas recién creadas que Estados Unidos sospecha son parte de una red automatizada de bots.
La evidencia apunta a “una red artificial para seguir y amplificar mensajes de diplomáticos chinos y funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores”, dijo Lea Gabrielle, coordinadora de Global Engagement Center, a los periodistas el viernes. Indicó que la campaña formaba parte de un esfuerzo “para hacer que el mundo percibiera a China como el líder mundial en la respuesta en lugar de la fuente de la pandemia”.
Describió la medida como parte de un esfuerzo cada vez más sofisticado y generalizado de China para emular las tácticas rusas que salieron a relucir durante las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU. Si bien Gabrielle declinó detallar el alcance de la coordinación entre Rusia y China, dijo que las narrativas de los dos países han convergido y “se hacen eco”.
A principios de marzo, Gabrielle testificó que Rusia estaba difundiendo narrativas relacionadas con virus para promover sus intereses. Más tarde ese mes, comentó a periodistas que China estaba difundiendo una falsa narrativa de que el virus se había originado en EE.UU. y otra sobre la “supremacía” de China en el manejo de la crisis.
Si bien el secretario de Estado, Michael Pompeo, ha liderado los esfuerzos de EE.UU. por culpar a China de no revelar su conocimiento sobre el origen de la pandemia, el embajador de China en Washington, Cui Tiankai, pidió esta semana poner fin al “juego de acusaciones”.