Las fuerzas que llevaron al excapitán del Ejército Jair Bolsonaro a obtener una abrumadora ventaja en la primera ronda de las elecciones presidenciales de Brasil, también revolucionaron al Congreso del país.
El Partido Social Liberal, al que pertenece Bolsonaro, aumentó de 8 asientos a 52 en la Cámara baja, mientras que el Partido de los Trabajadores, de Fernando Haddad –el segundo candidato con mayor votación–, perdió 5 asientos para quedar con 56.
Al mismo tiempo, algunos de los legisladores más importantes –varios de los que habían sido investigados por corrupción– fueron expulsados. El senador Romero Juca, quien ha estado en su cargo por más de 23 años y se desempeñó como líder gubernamental en cuatro gobiernos, perdió su asiento en la Cámara Alta.
Tradicionalmente, la mayoría de los partidos de centro de Brasil se unen detrás del presidente. Como resultado, Bolsonaro tendría buenas oportunidades de formar una mayoría significativa en el Congreso si ganara la segunda vuelta el 28 de octubre.
"Lo que se desprende de esta elección es un Congreso más favorable para aprobar las reformas de Bolsonaro", dijo Juliano Griebeler, analista político de la consultora de negocios Barral M Jorge. "Sin embargo, quedan dudas sobre su capacidad para gobernar y desenvolverse entre los grandes partidos debido a que carece de alguien en su entorno con la experiencia".