No más cenas con compañeras. No se siente junto a ellas en los vuelos. Reserve habitaciones de hotel en pisos diferentes. Evite las reuniones individuales. De hecho, como lo dijo un asesor de patrimonio, contratar a una mujer en estos días es "un riesgo desconocido". ¿Y si ella toma algo que usted dijo de manera incorrecta?
En todo Wall Street, los hombres están adoptando polémicas estrategias para la era #MeToo y, en el proceso, haciendo la vida aún más difícil para las mujeres. Llámelo el efecto Pence, por el vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence, quien dijo que evita comer solo con cualquier mujer que no sea su esposa. En finanzas, el impacto global puede ser, en esencia, segregación de género.
Entrevistas con más de 30 altos ejecutivos sugieren que muchos están asustados por el movimiento #MeToo y tienen dificultad para manejarlo. "Está creando una sensación de caminar sobre cáscaras de huevo", señaló David Bahnsen, exdirector general de Morgan Stanley, quien actualmente es un asesor independiente que supervisa más de US$1.500 millones.
No es un fenómeno de una sola industria, ya que los hombres de todo el país controlan su comportamiento en el trabajo, para protegerse ante lo que consideran una corrección política irracional; o simplemente hacer lo correcto. El impacto es fuerte en Wall Street, donde las mujeres escasean en los rangos superiores. La industria también ha alimentado durante mucho tiempo una cultura que mantiene las denuncias de acoso fuera de los tribunales y de la opinión pública, y hasta ahora ha evitado un mega escándalo como el que envolvió a Harvey Weinstein.
"Verdadera pérdida"
Ahora, a más de un año del inicio del movimiento #MeToo –con sus devastadoras revelaciones de hostigamiento y abuso en Hollywood, Silicon Valley y más allá–, Wall Street corre el riesgo de volverse aún más un club de chicos, y no lo contrario. "Las mujeres están buscando ideas para lidiar con eso, porque está afectando nuestras carreras", señaló Karen Elinski, presidenta de la Asociación de Mujeres Financieras y vicepresidente senior de Wells Fargo & Co. "Es una verdadera pérdida".
También hay un peligro para las empresas que no acallan la reacción de aislamiento y no toman medidas para que los altos directivos estén abiertos al tema y hagan que sea seguro para que todos lo discutan, comentó Stephen Zweig, abogado laboral de FordHarrison.
“Si los hombres evitan trabajar o viajar solos con mujeres, o dejan de capacitar a mujeres por temor a ser acusados de acoso sexual", señaló, "esos hombres van a evitar una denuncia de acoso sexual y enfrentar una por discriminación por sexo".
Canalizar a Pence
Mientras que los nuevos códigos personales para tratar con el movimiento #MeToo recién han comenzado a desplegarse, el cambio ya es palpable, según las personas entrevistadas, quienes no quisieron ser identificadas. Trabajan para fondos de cobertura, firmas de abogados, bancos, empresas de capital privado y de gestión de inversiones.
Por razones obvias, pocos hablan abiertamente sobre el tema. En privado, sin embargo, muchos de los hombres entrevistados reconocieron que están canalizando a Pence, y dicen cuán incómodos se sienten al estar solos con colegas mujeres, en particular si son jóvenes o atractivas, por temer a los rumores o de, como dijo uno, la responsabilidad potencial.
Un gerente de inversiones en infraestructura dijo que ya no se reúne con empleadas en habitaciones sin ventanas; también mantiene la distancia en los ascensores. Un hombre de más de 40 años que trabaja en la industria de capital privado dijo que tiene una nueva regla, por consejo de su esposa que es abogada: no tener cenas de negocios con una mujer de 35 o menos.
Los cambios pueden ser sutiles pero insidiosos, como por ejemplo, excluir a las mujeres de los tragos casuales después del trabajo o tener lo que debería ser una reunión privada con un jefe con la puerta abierta.
"No es tan difícil"
En Wall Street como en otros lugares, las reacciones al movimiento #MeToo pueden oler a paranoia. "Algunos hombres me han expresado su preocupación de que lo que temen es una falsa acusación", dijo Zweig, el abogado. "Estos hombres temen lo que no pueden controlar".
Todos los hombres tienen maneras diferentes de responder. Un asesor de inversiones que dirige a alrededor de 100 empleados, dijo que reconsideró brevemente tener reuniones individuales con mujeres jóvenes. Pensó en dejar la puerta de su oficina abierta, o invitar a una tercera persona a la sala. Finalmente, encontró la solución: “Solo trata de no ser un estúpido". Esa es la clave, dijo Ron Biscardi, máximo ejecutivo de Context Capital Partners. "Realmente no es tan difícil".