Las acusaciones de lavado de dinero con fondos sucios de Rusia implican cada vez a más bancos europeos, lo que exacerba el escándalo en un sector que aún se está recuperando de la crisis financiera.
Inicialmente se centraba en Danske Bank A/S de Dinamarca y Swedbank AB de Suecia, pero esta semana las denuncias de transferencias sospechosas aumentaron e incluyen a Raiffeisen Bank International AG en Austria y al menos dos instituciones holandesas. Danske ha perdido la mitad de su valor de mercado desde que admitió su participación en un escándalo de lavado de dinero en 2016.
Las declaraciones describen una red de relaciones bancarias que se utilizó para exportar fondos de criminales de la antigua Unión Soviética hacia países occidentales, comúnmente a través de Estonia y Lituania. Se están realizando investigaciones en las naciones bálticas, EE.UU., el Reino Unido y los países nórdicos, pero las revelaciones casi diarias sugieren que habrá más sorpresas en la escala de conductas indebidas.
Raiffeisen Bank International AG lideró los desplomes en las acciones bancarias europeas tras una nueva ronda de revelaciones, con una caída de hasta 15 por ciento, después de que Bill Browder de Hermitage Fund dijera que el banco ignoró las señales de advertencia que habrían ayudado a detener el lavado de fondos de la actividad criminal rusa. Los bancos holandeses se hundieron tras la declaración de un informe que reveló que las tres entidades más grandes fueron utilizadas por un grupo calificado como lavandería Troika para transferir dinero en efectivo desde Rusia.
Casi diariamente, las revelaciones exponen el alcance de las actividades sospechosas que han implicado a bancos en todo el continente. Si bien no está claro qué parte del flujo de efectivo fue ilegítimo, las investigaciones en curso en los países bálticos de la Unión Europea que alguna vez fueron estados soviéticos, los países nórdicos, EE.UU., el Reino Unido y otros sitios, sugieren que pueden transcurrir meses antes que se descubra su total magnitud.
Se está formando una imagen de que los bancos nórdicos, a menudo a través de sus unidades bálticas, se convirtieron en plataformas para los criminales rusos que canalizaban fondos hacia el occidente. Nordea Bank Abp habría manejado cerca de 700 millones de euros (US$793 millones) en dinero potencialmente ilícito, en parte vinculado a la muerte del abogado ruso Sergei Magnitsky, informó la emisora finlandesa YLE el lunes.
La directora de riesgos de Nordea, Julie Galbo, dijo en una entrevista a última hora del lunes que gran parte de las acusaciones ya se conocían públicamente y que el banco estaba tratando de establecer si alguna era nueva. Cualquier comportamiento sospechoso sería reportado a las autoridades, dijo.
Por separado, The Guardian informó en el Reino Unido que se enviaron aproximadamente US$4.600 millones a Europa y EE.UU. desde una red operada por Rusia de 70 compañías offshore con cuentas lituanas. El periódico citó datos sobre transacciones bancarias obtenidas por el Proyecto de denuncia contra la delincuencia organizada y la corrupción (OCCRP, por sus siglas en inglés) y el sitio web lituano 15min.lt. The Guardian comunicó que no hay ningún indicio de que los destinatarios finales de los fondos tuvieran conocimiento de la fuente original del dinero.
Los dos informes forman parte de una investigación más amplia del OCCRP sobre la lavandería Troika. Es el cuarto fraude de este tipo que el grupo ha descubierto con la ayuda de los medios de comunicación. Los otros fueron The Proxy Platform, la lavandería rusa y la lavandería azerbaiyana.
Según la revista holandesa De Groene Amsterdammer, parte del grupo de periodistas de OCCRP, las cuentas de los tres bancos holandeses más grandes fueron utilizadas por la lavandería Troika para transferir dinero en efectivo desde Rusia. Se pagaron unos 43 millones de euros a la cuenta de Rabobank del fabricante holandés de yates Heesen para la construcción de dos barcos, informó la publicación, mientras aproximadamente 190 millones de euros pasaron por cuentas bancarias en una unidad de ABN Amro que más tarde se convirtió en parte de Royal Bank of Scotland.