La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, firmó el jueves una serie de medidas destinadas a combatir la discriminación y el racismo, incluida la clasificación del racismo como una crisis de salud pública.
Muchos de los proyectos de ley están dirigidos a las desigualdades en el sistema de salud de Nueva York, los que se hicieron aún más evidentes durante la pandemia, incluida una medida para evaluar el racismo médico que afecta a los recién nacidos y sus madres.
La crisis de mortalidad materna para las madres negras es particularmente aguda en la ciudad de Nueva York, donde tienen ocho veces más probabilidades de morir por una causa relacionada con el embarazo que las madres blancas, la tasa más alta de Estados Unidos.
Otros proyectos de ley se centran en revisar la definición de delito de odio, formalizar cómo las fuerzas del orden recopilan e informan los datos demográficos de las víctimas y los perpetradores de delitos de odio, y requieren que ciertas organizaciones estatales informen sus datos demográficos específicamente con respecto a los estadounidenses de origen asiático y de las islas del Pacífico.
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Una de las medidas también exige que la Oficina de Servicios Tecnológicos del Estado de Nueva York ayude a las agencias estatales a mejorar su tecnología de traducción de idiomas. Solo en la ciudad de Nueva York se hablan más de 700 idiomas y dialectos, y la falta de servicios de traducción de idiomas ha afectado las habilidades de los residentes para votar y protegerse contra el Covid-19.
“Durante demasiado tiempo, las comunidades de color en Nueva York se han visto frenadas por el racismo sistémico y el trato desigual”, dijo Hochul el jueves en un comunicado. “Me enorgullece firmar una legislación que aborda esta crisis de frente, combatiendo el racismo, ampliando la equidad y mejorando el acceso para todos”.
El senador estatal Kevin Parker dijo que espera que la clasificación del racismo como una crisis de salud pública obligue a las organizaciones y agencias gubernamentales a enfocarse en soluciones sistémicas. “Durante décadas, las desigualdades raciales han causado dificultades mentales, físicas y financieras a las personas de color”, dijo. “Estas inequidades han afectado su forma de vida, los recursos a los que tienen acceso y, lo que es más importante, la calidad de su atención médica”.