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Exxon supera a sus rivales con apuesta al petróleo en Brasil

La mayor compañía petrolera del mundo que cotiza en bolsa apuesta a que Brasil será por lo menos parte de la solución a sus desafíos a largo plazo.

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Exxon mobil Corp. | Bloomberg

Exxon Mobil Corp. ha pasado en un solo año de ser un pequeño actor en Brasil a convertirse en el segundo mayor titular de superficie de exploración petrolera, sólo por debajo de Petróleo Brasileiro SA, controlada por el Estado.

Las últimas 24 concesiones que adquirió la gigante estadounidense con sus socios podrían contener 41.000 millones de barriles, sobre la base de estudios preliminares, según Eliane Petersohn, una superintendente de la Agencia Nacional de petróleo de Brasil. Si bien aún no se ha confirmado la existencia del petróleo, ni si su extracción sería efectiva en términos de costos, se trata de una cifra enorme, casi el doble de las actuales reservas de Exxon.

“Cuando se computa el efecto acumulativo de todos esos objetivos de miles de millones de barriles, se tiene un recurso muy importante con capacidad para producir volúmenes muy grandes”, dijo el miércoles Stephen Greenlee, presidente de exploración de Exxon, en una entrevista en Houston.

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La mayor compañía petrolera del mundo que cotiza en bolsa apuesta a que Brasil será por lo menos parte de la solución a sus desafíos a largo plazo. Las acciones de Exxon han tenido un desempeño inferior al de sus grandes rivales en los últimos cinco años debido a retornos pobres de inversiones históricas y la producción ha experimentado una declinación interanual en ocho de los últimos nueve trimestres.

Brasil es la principal área de exploración del mundo con potencial ‘a determinar’”, dijo Tom Ellacott, un analista en Madrid de Wood Mackenzie Ltd. “Son contadas las geografías que ofrecen magnitud y bajo precio de equilibrio para competir si los precios del petróleo caen y persisten en niveles bajos. Brasil es una de ellas”.

El meteórico ascenso de Exxon en Brasil comenzó en 2016, después del juicio político a la entonces presidenta Dilma Rousseff. Durante el gobierno de izquierda, la compañía tenía sólo dos bloques ociosos en Brasil. La salida de Rousseff derivó en cambios de políticas, un desplazamiento que se profundizó luego de que su Partido de los Trabajadores perdiera terreno en el Congreso y el nuevo presidente, Michel Temer, revocara leyes nacionalistas y licitara derechos de exploración. Exxon desplazó a Royal Dutch Shell Plc, Total SA y Equinor ASA en superficie de exploración en cuestión de meses durante el ofrecimiento récord de nuevos bloques.

Se estima que el contexto favorable a las grandes compañías petroleras continuará si el legislador de ultraderecha Jair Bolsonaro gana la elección presidencial, algo que parece más probable luego de su inesperada victoria contundente en la primera vuelta del 7 de octubre. Su triunfo reduciría los riesgos de un cambio de política, según la mayor parte de los observadores, por más que el candidato no ha explicitado sus políticas económicas en detalle.

Independientemente del clima político, “Brasil se ha caracterizado por respetar sus contratos”, dijo Greenlee. “El respeto a los contratos nos permite invertir”.

La compañía, que tiene sede en Irving, Texas, hace una gran apuesta sobre todo a los recursos offshore de Brasil, donde en la actualidad un solo bloque produce más que todos los de Colombia y la rentabilidad se compara con el mejor petróleo de formaciones compactas de los Estados Unidos, según Décio Oddone, el director general de la ANP.