General Motors Co. dijo que la histórica huelga del sindicato United Auto Workers ya ha costado US$200 millones en las primeras dos semanas, lo que llevó a la empresa a buscar crédito mientras se prepara para más pérdidas.
El 15 de septiembre, el sindicato abandonó una planta de Misuri que fabrica las camionetas medianas Chevy Colorado y GMC Canyon de la compañía. Las ventas de esos dos vehículos cayeron al menos 10% en el trimestre, según GM. Una semana después, la huelga se expandió e incluyó a todas las instalaciones de distribución de repuestos de GM y Stellantis NV en Estados Unidos. La huelga impactó la semana pasada una tercera planta de ensamblaje en Lansing, Michigan, lo que detuvo la producción de los modelos de vehículos deportivos utilitarios crossover Chevrolet Traverse y Buick Enclave.
GM anunció el miércoles que estableció una línea de crédito de US$6.000 millones para apuntalar la liquidez, una señal de que se prepara para un paro laboral prolongado. Si bien las negociaciones con el UAW continúan, GM es el único de los tres fabricantes de automóviles tradicionales de Detroit que ha sido blanco de todas las huelgas por parte del sindicato en cada una de las últimas dos semanas. Stellantis y Ford Motor Co. se “han salvado” cada uno una vez, lo que, según el sindicato, se debió al progreso en las negociaciones contractuales.
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La liquidez automotriz total de GM ascendía a US$38.900 millones al 30 de junio, por lo que no corre riesgo de quedarse sin fondos en el corto plazo. La compañía con sede en Detroit quiere que la línea de crédito renovable de 364 días, que vencerá el 1 de octubre del próximo año, mantenga la flexibilidad operativa, según un portavoz.
Joel Levington, analista de crédito de Bloomberg Intelligence, dijo que la nueva línea de crédito de GM “es un esfuerzo prudente para reforzar su flexibilidad financiera, que ya es significativa”. También señaló que Ford obtuvo US$4.000 millones en compromisos de sus prestamistas en agosto.
Traducido por Malu Poveda.
