La pandemia del siglo ha desatado temores financieros en todo el sector corporativo de Estados Unidos que superan con creces los de la crisis de 2008, al tiempo que los ejecutivos se preparan para un nuevo sufrimiento económico y de mercado.
Un nuevo estudio de investigadores de la Reserva Federal utilizó un programa de lectura automática para examinar más de 600 declaraciones de resultados corporativos el mes pasado con el fin de identificar las consecuencias inducidas por el virus.
Alrededor de 42% de las empresas no financieras que cotizan en bolsa del país alude al recorte de inversiones, 27% menciona pagos de capital y 17% se centra en la reducción de las líneas de crédito, concluyen los economistas Andrew Y. Chen y Jie Yang. En el punto más álgido de la última recesión, las cifras fueron 25%, 11% y 7%, respectivamente.
La dupla hizo un recuento de la cantidad de veces que altos funcionarios corporativos usaron palabras que se relacionan con preocupaciones financieras para obtener pistas sobre lo que sigue en este colapso económico.
“El aumento dramático del número de empresas que toman estas medidas indica que las preocupaciones financieras en medio del brote de la COVID-19 son aún más graves que en 2008”, escribieron.
Según las tendencias en 2008, la percepción no se normalizará durante un año, agregaron los investigadores de la Fed.
Los resultados dejan de manifiesto la inmensa presión que enfrenta el sector corporativo de EE.UU. ante una recesión económica que se espera sea la más aguda en un siglo. En comparación con 2008, hay pocos signos de estrés en el sistema bancario, pero las quiebras corporativas ya están rumbo a superar los niveles de la última recesión. Las empresas están lidiando con el colapso de la demanda, las interrupciones de la oferta y la persistente incertidumbre sobre el cronograma de reapertura de las grandes economías.
Todo lo anterior se contrapone al repunte del mercado de valores. El S&P 500 ha subido más de 25% desde su mínimo de marzo debido a la esperanza de una recuperación económica por una disminución del brote y un estímulo sin precedentes. El costo de los swaps de incumplimiento crediticio también se ha reducido junto con las primas pagadas por los prestatarios más riesgosos.
Los futuros de dividendos en el S&P 500 con vencimiento en 2021 han caído un 29% este año, en comparación con una baja de 11% del índice de referencia de EE.UU.