Cincuenta y dos herederos de abultadas fortunas se deleitan en medio del elegante esplendor del Four Seasons. Beben variedades de latte de diseño y hablan el idioma de la riqueza. La charla gira en torno del dinero, noblesse oblige, la tecnología, la Fórmula 1. A la hora del almuerzo, llega el rosé bien frío, con una degustación presidida por Jesse, el hijo de Jon Bon Jovi.
Aquí, no lejos de Wall Street, el gigante de la banca suiza, UBS Group AG, organizó su Young Successors Program (YSP) anual, un workshop de tres días para quienes nacieron millonarios. El evento, en parte didáctico y en parte ejercicio de autorrealización, se propone imprimir el sello de la marca UBS en las mentes de la próxima generación de los ultrarricos -en esencia, engancharlos desde jóvenes.
Con una edad promedio de 27 años, los asistentes al YSP de junio y otras actividades para la Next Gen (la próxima generación) organizadas por empresas como UBS, Citi Private Bank, Morgan Stanley y Credit Suisse, se contarán algún día entre los clientes más codiciados del mundo. O, al menos, eso es lo que se espera. En una era de extrema opulencia, los administradores de fondos de elite compiten como nunca por los megarricos. El mundo se apresta a vivir un traspaso generacional de riqueza que se expandirá por los mercados empresariales y financieros globales, y los bancos no pueden darse el lujo de dar por sentada ninguna cuenta -presente o futura.
Por un lado, estos programas -que también se llevan a cabo en ciudades como Zúrich, Londres y Singapur- representan oportunidades para generar redes de alto nivel donde los jóvenes y ricos pueden ser jóvenes y ricos juntos.
La intimidad “les permite por una vez bajar la guardia”, dijo John Mathews, responsable de gestión de patrimonio privado y patrimonio neto ultra alto en UBS Wealth Management USA.
Estos encuentros también dan a los bancos privados la posibilidad de hacer alarde de la amplia gama de servicios que ofrecen, lo cual es crucial ahora que la inversión se mercantiliza en gran medida cada vez más -y, en cualquier caso, no es un tema que inspire pasión entre los mileniales.
“Queremos que los jóvenes entiendan que ser vástagos de una familia rica con un legado de negocios implica responsabilidades"
Por eso, si bien uno de los programas para la Next Gen de Citi Private Bank propone un día centrado en la teoría y la estrategia financiera, también dedica una jornada al emprendimiento y la innovación y otra a la planificación testamentaria.
“Queremos que los jóvenes entiendan que ser vástagos de una familia rica con un legado de negocios implica responsabilidades”, dijo quien dirige los programas globales Nex Gen de Citi, el acertadamente llamado Money K. “A la larga, van a heredar, de modo que deberían tenerlo presente, y ¿cuáles son las normas sobre planificación sucesoria en distintas jurisdicciones alrededor del mundo?”
Los invitados a la deliberación de UBS en junio tenían al menos una cosa en común: una cuenta familiar en el banco que rondaba -o superaba- los ocho dígitos. Llegaron del mundo entero y hubo entre ellos siete grupos de hermanos. El más joven, 21 años; el mayor,34. Los ejecutivos de UBS accedieron a hablar sobre la reunión y permitieron que un periodista asistiera a todas las actividades, menos las nocturnas, bajo la condición de no revelar los nombres de los participantes.