El informe anual de derechos humanos publicado por el Departamento de Estado de Estados Unidos acusó al Gobierno chino de “crímenes contra la humanidad” y reafirmó la decisión de etiquetar el trato de China a la minoría uigur en la región occidental de Sinkiang como “genocidio”.
La publicación del “Informe anual sobre las prácticas de derechos humanos de 2020” señaló las continuas tensiones con China bajo la Administración del presidente Joe Biden, quien ha mantenido muchas de las políticas de línea dura de la Administración Trump contra Pekín. Sin embargo, marcó una desviación del expresidente en temas como LGBTQ y derechos reproductivos.
El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo a los periodistas que la Administración de Biden repudia “decisivamente” un enfoque más estrecho sobre ciertos derechos tomados por el secretario de Estado de Trump, Michael Pompeo. Pompeo elevó derechos como la libertad religiosa, defendido por los partidarios conservadores de Trump, al tiempo que denigró otros, como LGBTQ y los derechos al aborto.
Por el contrario, Blinken llamó a los derechos humanos “co-iguales”, sin jerarquía. Eso se demostró en el informe, en el que critica al Gobierno de Zimbabwe por dejar a las personas LGBTQ “vulnerables a la violencia, la discriminación y el acoso”. Blinken también prometió un apéndice a finales de este año sobre los derechos reproductivos, un tema que se eliminó del informe anual de Trump.
Además de su evaluación implacable sobre China, el informe critica los ataques del Gobierno ruso contra los disidentes políticos, las “atrocidades” dirigidas por el Gobierno en Siria y la “crisis humanitaria” en Venezuela. También cita la represión de los grupos de oposición en países como Nicaragua y Turkmenistán.
“Los abusos sin control de los derechos humanos en cualquier lugar pueden contribuir a una sensación de impunidad en todas partes”, escribió Blinken en el prefacio del informe anual. “Esa es precisamente la razón por la que esta Administración ha puesto los derechos humanos al frente y al centro de su política exterior”.
Blinken también asintió con la cabeza a las propias deficiencias de Estados Unidos, que Gobiernos como China y Rusia han utilizado para acusarlo de hipocresía en el tema de los derechos humanos. “Reconociendo que hay trabajo por hacer en casa, también nos esforzamos por vivir de acuerdo con nuestros ideales y principios más elevados y estamos comprometidos a trabajar por una sociedad más justa y equitativa en Estados Unidos”, escribió Blinken.