La inflación de México extendió su desaceleración a principios de julio, más o menos en línea con los pronósticos, en medio de tasas de interés de dos dígitos y el peso más fuerte desde 2015.
Los precios al consumidor subieron un 4,79% en la primera quincena del mes frente al mismo período del año anterior, por debajo del 4,93% de fines de junio, informó el lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El resultado se ubicó justo por encima de la mediana de las estimaciones de los economistas encuestados por Bloomberg, de 4,77%.
La industria mexicana supera las expectativas gracias al “nearshoring”
La inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como el combustible y los alimentos, fue de un 6,76% anual, por debajo de la lectura anterior, de 6,86% y apenas superior a la mediana de las estimaciones de 6,73%.
Los aumentos de los precios al consumidor continúan con una tendencia a la baja frente al máximo del año pasado, pero se mantienen por encima del objetivo de Banxico del 3%, más o menos un punto porcentual.
La relajación de las presiones sobre los costos ha sido respaldada por el “superpeso” al extender su recuperación de 12 meses frente al dólar.