Italia se ha convertido en el primer país en intentar un aislamiento a nivel nacional para detener la propagación del contagioso coronavirus.
El número de muertos por el virus, que está a punto de convertirse en una pandemia, se acerca a 500. El primer ministro de Italia calificó estas como las "horas más oscuras" del país, en alusión a lo ocurrido con el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Los efectos, tanto psicológicos como económicos, podrían ser devastadores mientras el gobierno enfrente dificultades para contener el daño.
"Necesitamos cambiar nuestros hábitos ahora mismo", dijo el primer ministro Giuseppe Conte en una conferencia de prensa no programada el lunes por la noche. Conte ordenó a la nación que "se quedara en casa" y explicó que "estamos obligados a imponer sacrificios".
La comunidad empresarial pareció apoyar al primer ministro el martes. Marcella Panucci, directora general del grupo de presión de empleadores Confindustria, señaló en una entrevista con Bloomberg TV que se justificaba el bloqueo total. "Tememos un impacto en el crédito", advirtió, pidiendo al gobierno que ofrezca garantías e inversiones para apuntalar una economía asediada.
El gobierno intentará aliviar la carga crediticia de los ciudadanos como resultado de los bloqueos, indicó en una entrevista radial la viceministra de Economía del país, Laura Castelli. Roma estudia suspender temporalmente los pagos, y trabajará en medidas de alivio de impuestos y pagos, así como en medidas de alivio hipotecario con bancos, dijo.
Los bonos italianos ampliaron su recuperación; los rendimientos de los títulos a 10 años cayeron 11 puntos básicos a 1,32%. El índice bursátil de referencia FTSE MIB subió hasta 3,1% en Milán.
Menos de 48 horas después de anunciar drásticas medidas en la región que rodea a Milán, Conte ahora ordena ampliar las restricciones por decreto a toda una población de más de 60 millones de personas. Las iniciativas en el norte parecían haber arrojado resultados limitados, ya que las personas aún pueden movilizarse libremente.
"Toda Italia ahora está aislada", escribió el diario de Milán Corriere della Sera en su portada del martes. "Todos en casa", escribió la Repubblica, con sede en Roma.
Botón de pánico
Ahora que Conte ha encendido las alarmas globales, persisten las interrogantes en torno a la aplicabilidad en las economías occidentales del tipo de medidas draconianas necesarias para limitar el número de personas contagiadas. El sistema de salud del país está al borde del colapso, y los obstáculos a los que se enfrenta Italia en términos prácticos son mucho mayores a los que China hizo frente en parte del país.
Las autoridades chinas no impusieron restricciones de viaje en todo el país, sino que se centraron solo en la provincia más afectada, Hubei, en la zona central del país. China bloqueó una serie de ciudades -incluido Wuhan, donde se cree que se originó el patógeno-, suspendiendo los viajes aéreos y ferroviarios y restringiendo las salidas en automóvil.
Las medidas, que comenzaron a fines de enero, dejaron aisladas a más de 60 millones de personas, y su implementación sigue vigente.
La medida restringió la propagación del virus en gran parte dentro de Hubei, lo que hizo que los casos en la región se multiplicaran drásticamente durante febrero y llevó a que se agotaran los recursos médicos. Hubei instaló hospitales temporales en gimnasios y auditorios, y la gente esperó durante horas para ser examinados o tratados. El brote fue más manejable en el resto del país.
El impacto del aislamiento nacional en Italia no se conocerá con claridad durante al menos un mes, dijo al Corriere della Sera Giovanni Rezza, jefe del departamento de enfermedades infecciosas del Instituto Superior de Salud del país. “Lo que importa más que las medidas gubernamentales es cómo se comportan las personas. La gente no se ha dado cuenta del gran riesgo que corre".
En Italia, la situación es la siguiente: las escuelas y universidades estarán cerradas en todo el país, todos los eventos públicos serán cancelados y los italianos no podrán viajar sin una justificación de negocios o salud hasta el 3 de abril. La decisión de Conte se produjo después de que el número de casos en Italia se disparara en 25% a 9.172 el lunes, cuando las muertes reportadas aumentaron de 366 a 463.
El Ministerio de Economía de Italia indicó el lunes que es mejor que el país reciba ahora un impacto económico a corto plazo para evitar una crisis económica más amplia. El gobierno elevó el gasto a 7.500 millones de euros (US$8.500 millones) para ayudar a compensar el impacto económico del virus.
El gobierno puede aumentar el valor del paquete, incluidas más medidas de salud y ayuda para empresas y familias, a unos 10.000 millones de euros, según un viceministro y otros dos funcionarios que pidieron no ser identificados debido a que las conversaciones son de carácter confidencial.