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Rusia

Kremlin estaría decepcionado de Trump tras últimas cancelaciones

Quizás Donald Trump dejó plantado a Vladimir Putin demasiadas veces.

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Donald Trump y Vladimir Putin | AFP

Quizás Donald Trump dejó plantado a Vladimir Putin demasiadas veces. Después de que el presidente de Estados Unidos desairara al líder del Kremlin dos veces en menos de un mes, Rusia finalmente está perdiendo la fe en la promesa de Trump de mejorar las relaciones y en su lugar se prepara para un aumento de las tensiones.

Agasajado por los legisladores rusos con aplausos y champán después de su elección en 2016, el impredecible proceso de toma de decisiones de Trump es cada vez más considerado como un lastre en Moscú. Los funcionarios rusos fueron tomados por sorpresa cuando Trump tuiteó que había cancelado las conversaciones con Putin en la cumbre del Grupo de los 20 en Argentina horas antes de su reunión prevista de la semana pasada. Desde entonces, la frustración rusa no ha dejado de crecer, según cuatro altos funcionarios, que pidieron que no se les identificara discutiendo asuntos internos.

"Esta es una señal para nosotros de que es difícil tratar con esta persona, de que es poco fiable e inadecuada como socio", dijo Andrey Kortunov, director del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, un grupo de investigación creado por el Kremlin. "La paciencia rusa está llegando a su fin".

El hecho de Buenos Aires fue precedido por un encuentro cancelado entre Trump y Putin en París el 11 de noviembre. Fue la tercera decepción de este tipo en 12 meses, lo que puso en peligro las esperanzas rusas de un gran avance en las relaciones con EE.UU. casi dos años después de que Trump asumiera el cargo. Mientras Putin advierte de una nueva carrera armamentista por la amenaza de Trump de abandonar un trascendental tratado nuclear, el Kremlin quedó con pocas alternativas más que prepararse para la confrontación por las demandas de EE.UU.

Trump canceló su reunión con Putin en Buenos Aires por la confrontación con Ucrania

Mientras que Trump invitó a Putin a visitar Washington en la cumbre de Helsinki, eso ahora "está fuera de discusión", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. Es poco probable que se vuelvan a reunir antes de la próxima cumbre del G-20 en Japón en junio, señaló.

La desilusión con Trump puede significar que Rusia adopte una línea más dura en las conversaciones con EE.UU. sobre temas espinosos como el control de armas, los conflictos en Ucrania y Siria, y el acuerdo nuclear iraní. También podría tomar represalias contra posibles sanciones futuras de EE.UU. después de que Putin se abstuviera de tomar medidas en respuesta a rondas anteriores de penalizaciones.

EE.UU. ha acusado a Rusia de participar reiteradamente en "comportamientos malintencionados" desde que Trump asumió el cargo, lo que le hace difícil trabajar políticamente para mejorar las relaciones, incluso si así lo deseara. Las tensiones podrían aumentar aún más en los próximos meses si EE.UU. decide imponer nuevas sanciones por la supuesta intromisión de Rusia en las elecciones. El Departamento de Estado puede añadir sanciones en virtud de una ley invocada después de un ataque con un agente nervioso contra un exespía en el Reino Unido. Rusia negó su participación en el ataque.

Mientras el Congreso y la Casa Blanca aumentaban las sanciones, el Kremlin trabajó incansablemente por un acercamiento con Trump. Putin declaró en la cumbre de Helsinki en julio que quería que Trump ganara las elecciones, mientras insistía en que Rusia no había intervenido. También defendió a Trump después de que el presidente de EE.UU. fuera blanco de críticas en el país luego de ponerse del lado de Putin tras las conclusiones de las agencias de inteligencia estadounidenses de que Rusia sí intervino.

Trump consideró darle a Putin un penthouse de US$50 millones

Mientras que los funcionarios rusos expresaron anteriormente su "comprensión" de las dificultades políticas de Trump en medio de las investigaciones de EE.UU. sobre la intervención, esta vez manifestaron abiertamente sus dudas sobre él. El presidente culpó al enfrentamiento naval de Rusia con Ucrania cerca de Crimea por la cancelación. Su decisión se anunció horas después de que su ex abogado personal, Michael Cohen, se declarara culpable de mentir al Congreso sobre los planes de una inversión inmobiliaria de Trump en Moscú.

La televisión estatal rusa, que antes alababa a Trump, ahora lo ridiculizaba. "¿Qué clase de hombre es este? Primero dice que sucederá, luego que no", dijo Evgeny Popov, presentador de un programa de noticias en horario estelar. "Esto es una estupidez, parece ser un individuo desequilibrado. Trump nunca fue nuestro amigo, ¡nunca!"

Los miembros de alto rango del partido gobernante Rusia Unida incluso lamentaron la victoria de Trump, aunque Putin ha descartado la idea de que una presidencia de la candidata demócrata Hillary Clinton hubiera evitado las fricciones actuales.

"Es mucho peor de lo que hubiera sido bajo Clinton", dijo Frants Klintsevich, senador que forma parte del consejo de gobierno de Rusia Unida. "Ella es una política experimentada y cualquiera de sus acciones se habría basado en la lógica y en algún tipo de discusión. Aquí vemos grandes oscilaciones en una dirección y otra".

Si bien Trump ha seguido mostrando interés en mejores lazos, lo ha hecho con menos frecuencia en público y sus principales asesores se han apresurado en criticar las acciones rusas. La embajadora ante la ONU, Nikki Haley, calificó el ataque a los barcos ucranianos como una acción "imprudente" e "ilegal" en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad. El secretario de Estado, Michael Pompeo, lo calificó de una "escalada peligrosa y una violación del derecho internacional".