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¿Le interesa un bono Boris a 100 años?

Un nuevo gobierno con un ambicioso plan fiscal debería ser osado en la manera en que financia un aumento tan rápido del gasto estatal, especialmente con dinero tan barato.

Boris Johnson SOCIAL
Boris Johnson SOCIAL | Photographer: Jeenah Moon/Bloomberg

Un nuevo gobierno con un ambicioso plan fiscal debería ser osado en la manera en que financia un aumento tan rápido del gasto estatal, especialmente con dinero tan barato.

Boris Johnson ha ganado un impresionante mandato electoral por su acuerdo del brexit, independientemente de las inquietudes algo exageradas en torno a la libra esterlina en relación con su fecha límite de 2020 para un acuerdo comercial con la Unión Europea. Entonces, con tasas de interés cercanas a mínimos históricos, ¿por qué no seguir el ejemplo de Austria y fijar esas tasas para un recorrido ultralargo de un bono gubernamental a 100 años?

El Reino Unido se da el lujo de tener una elevada base de inversionistas que reúne activos de renta fija a largo plazo para asegurarse de poder cumplir con sus obligaciones futuras de pensiones y seguros. Tanto es así que el rendimiento en los gilts a 50 años es más bajo que el de sus contrapartes a 30 años, lo que implica la existencia de una inversión en el extremo largo de la curva de rendimiento del Reino Unido.

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La duración promedio de la deuda del gobierno británico es mucho más larga que la de sus contrapartes principales; cercana a 14 años, en comparación con casi nueve años para los bonos alemanes y menos de siete años para los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Evidentemente, existe una demanda de los inversionistas en el Reino Unido por valores más largos, pero se requiere un compromiso genuino del gobierno para mantener el rumbo y no dejar ningún tema demasiado largo al final de la curva de rendimiento.

Hacer un transacción a 100 años, junto con más emisiones de 30 a 50 años, aseguraría un gran interés en varios vencimientos a largo plazo de los gilts. Un bono a un siglo podría elevar rápidamente la escala a decenas de miles de millones de libras con subastas trimestrales, tal vez con un cupón cercano al 1,5% (en comparación, la emisión a 100 años de Austria fue de 1,17% en junio). Sería una forma muy barata de comprometerse de manera seria con algunos de los proyectos de infraestructura más grandes, como la conexión adecuada de los enlaces ferroviarios en el norte de Inglaterra.

Con países tan diversos como Argentina y Austria dando el salto —aunque en acuerdos únicos o limitados y con resultados muy variados— es hora de que un importante mercado de bonos se intensifique. El Tesoro de Estados Unidos está evaluando activamente la idea de un bono a 100 años y el Reino Unido está bien posicionado para tomar la delantera para convertirlo en una parte activa de su programa de emisión regular. Contar con un volumen suficiente permitiría que, además, prosperen las operaciones con derivados como futuros, opciones y swaps, creando así una capacidad adecuada para cubrir y ampliar aún más la base de inversionistas.

Si el Tesoro del Reino Unido quisiera jugársela con todo y seguir el ejemplo de Francia, esta iniciativa podría incluso transformarse en un bono verde vinculado directamente al gasto en infraestructura sostenible. ¿Qué opina del postureo ético a largo plazo?