Los líderes europeos asistieron a la reunión de anoche dispuestos a ofrecer a Theresa May algo que pudiera ayudarle a conseguir la aprobación en el Parlamento del Reino Unido de su tan odiado acuerdo para el brexit.
Salieron frustrados, desconcertados y reacios a ofrecer más.
El problema fundamental, según dos personas informadas sobre la reunión, es que los líderes ya no creen que May sepa lo que necesita para ganarse a los legisladores británicos.
"Pueden confiar en mí", les dijo anoche.
Ellos no están tan seguros.
"Las señales que recibimos no son especialmente tranquilizadoras respecto a la capacidad del Reino Unido para cumplir con el pacto acordado", dijo el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, el viernes en la mañana.
Líder debilitada
La primera ministra del Reino Unido, debilitada por una moción de confianza celebrada esta semana, fue invitada a exponer su caso. Los líderes esperaban propuestas concretas con las que pudieran trabajar; habían dejado claro que estaban dispuestos a ofrecer aclaraciones, pero no cambios legales al texto.
La canciller Ángela Merkel dirigió el interrogatorio, según dos personas familiarizadas con la situación. May no pudo presentar una propuesta satisfactoria para hacer que el "backstop" en la frontera con Irlanda fuera más aceptable sin socavar el trato que llevan 17 meses negociando.
May pidió cambios imprecisos o imposibles, como poner una cláusula de extinción de un año al backstop, según estas personas. May dijo después a los medios que fue absolutamente clara en sus demandas.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, afirmó al salir de la reunión que ahora era la UE la que necesitaba "aclaraciones". Imágenes mostraron un intercambio tenso entre él y May cuando continuó la cumbre, el viernes. May calificó el intercambio de "sólido".
La frustración era palpable el viernes por la mañana. El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, lo resumió: "No, no, no, no, no. No habrá nuevas negociaciones".
Riesgos de no llegar a un acuerdo
El peligro para el Reino Unido es que el país debe abandonar el bloque en 16 semanas, con o sin un acuerdo establecido para amortiguar el golpe. Si May no ha obtenido la aprobación parlamentaria para mediados de enero, corre el riesgo de verse obligada a descartar su plan, o incluso a convocar un segundo referéndum.
Aunque el comunicado de la UE fue más duro que la versión redactada antes de la cumbre, May recibió con agrado los compromisos y su valor jurídico. Se necesita más garantías para convencer a los legisladores británicos, así que seguirá trabajando en estos días para lograrlo.
De modo inusual para una cumbre acerca del brexit, los líderes redactaron el comunicado personalmente. Normalmente, se prepara con anterioridad y cambia muy poco luego de la cumbre, pero esta vez la discusión duró aproximadamente tres horas, más que los ejercicios meramente formales de reuniones anteriores.
Antes de entrar a la reunión, los embajadores habían preparado una propuesta para ayudar a May. Algunos países la apoyaban más que otros. Incluía una que otra palabra amable y otra cumbre en enero, donde se emitiría una declaración. Pero según una de las personas, los líderes ya han tenido suficientes reuniones repetidas que no cumplen con las expectativas.
"Basta", dijo Bettel a los periodistas.
