Los jefes de Estado reunidos para la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York tenían algo más en mente que el programa nuclear de Corea del Norte y las inminentes sanciones de Estados Unidos contra Irán: el impacto de una guerra comercial global.
Líderes de América Latina, África y Asia expresaron su preocupación por el aumento de las tensiones entre las dos mayores economías del mundo después de que Washington y Pekín impusiesen aranceles adicionales a productos por miles de millones de dólares y manifestaran poca inclinación a mantener conversaciones productivas hasta después de las elecciones legislativas de Estados Unidos.
"El aumento del proteccionismo comercial amenaza el sistema multilateral de comercio que se acordó en Marrakech en 1994, así como en Doha en 2001", dijo el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ante el Consejo de Relaciones Exteriores el lunes. "Necesitamos fortalecer el sistema de comercio internacional basado en reglas y avanzar con rapidez para transformar otras instituciones multilaterales y estructuras de gobernanza mundial para que estén en consonancia con las realidades actuales del siglo XXI".
Rara vez se plantean preocupaciones comerciales en la Asamblea General anual de la ONU, que atrae a casi 200 líderes mundiales, los cuales se centran más en asuntos políticos nacionales y en grandes crisis globales como la guerra en Siria y la crisis de refugiados en Europa. Pero el comercio parece estar abriéndose paso.
El Fondo Monetario Internacional advirtió en julio que la producción económica mundial perdería 0,5 por ciento en dos años si Estados Unidos cumple con todas sus amenazas arancelarias, otros países toman represalias y unas condiciones financieras más ajustadas limitan la inversión empresarial.
El presidente argentino, Mauricio Macri, dijo a Bloomberg que la fricción entre Estados Unidos y China fue uno de los factores que ha golpeado este año a los mercados emergentes, entre ellos su país. Por su parte, un alto cargo de Corea del Sur dijo que cree que el conflicto comercial continuará durante varias décadas, ya que ambos países siguen cometiendo errores de cálculo entre ellos.
Pero no todo fueron malas noticias para el comercio. El presidente Donald Trump finalmente firmó un pacto comercial revisado con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, al que la Casa Blanca se opuso en su forma original durante la Administración de Obama. Aun así, los analistas comerciales dicen que tendrá un impacto limitado ya que Trump limitó el alcance de las conversaciones al negarse a invocar la ley comercial de Estados Unidos que habría requerido la aprobación del Congreso para un acuerdo final.
