Las autoridades brasileñas acaban de presentar una perspectiva del café más pesimista que las opiniones de muchos operadores después de que dispersas lluvias y el calor dañaran la floración y debilitaran la cosecha gigante de árboles robusta el año pasado.
La mayor nación exportadora de café cosechará 59,6 millones de sacos este año, según el punto medio en el último rango presentado por la agencia gubernamental Conab. Si bien la cifra representa un 21% más alto que el año pasado, a medida que los cultivos pasan a la etapa de mayor rendimiento en un ciclo de dos años, está muy por debajo de la estimación promedio de 65 millones en una encuesta de Bloomberg.
El punto medio de Conab también implicaría que la producción brasileña no alcanzará el récord de 61,7 millones de sacos cosechados en 2018. Aun así, la proyección de la agencia supera los 56,4 millones estimados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística el 8 de enero.
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El año pasado, hasta abril, Brasil envió 2,5 millones de bolsas de arábica premium, o aproximadamente 20% del total de las exportaciones de arábica verde y el más alto para el periodo en los últimos tres años, según la asociación de exportación de café del país, CeCafe.
En los últimos dos años, las exportaciones récord de Brasil han contribuido a un exceso global y han ayudado a deprimir los precios. La crisis mundial del café ya ha unido a los productores, y los países han pedido a los tostadores que paguen precios justos. Colombia incluso consideró disociar sus ventas de café de los futuros negociados en Nueva York. Es poco probable que los precios se recuperen significativamente sin una intervención, dado el potencial de una mayor producción de bajo coste en Brasil, según ha manifestado Jeffrey Sachs, profesor de economía en la Universidad de Columbia, en un informe en octubre de 2019.
En los últimos tiempos, el clima adverso en la nación sudamericana ha impulsado un repunte del arábica. Las temperaturas abrasadoras y las lluvias excesivas hacen que se incremente el volumen de granos caídos al suelo lo que generalmente significa mayores niveles de fermentación y menor calidad, explicó Givago Miranda, un agricultor del municipio Tres Pontas de Minas Gerais, en una entrevista el año pasado. Eso afecta el sabor.
