Los fabricantes de máquinas tragamonedas han mantenido a los jugadores enganchados a las nuevas innovaciones desde los días de las máquinas que requerían que se jalara una palanca para hacer girar los carretes con los símbolos de frutas, campanas y otros.
Pero una disputa sobre patentes está suscitando preguntas sobre quién se quedará con el beneficio por inventar características clave de los nuevos juegos digitales con nombres como Black Widow, Cherry Mischief, Cirque Chinois y Haunted Hearts.
Una disputa sobre patentes está suscitando preguntas sobre quién se quedará con el beneficio por inventar características clave de los nuevos juegos digitales
Un tribunal de apelaciones está evaluando si Konami Holdings Corp. tiene derecho a protección de patente por lo que los jugadores ven cuando "giran" los carretes en una máquina tragamonedas computarizada. Un juez federal invalidó las patentes de la compañía, diciendo que la idea no tenía nada de inventivo, pero International Game Technology Plc, el mayor fabricante de máquinas tragamonedas, se ha metido en la disputa, diciendo que si Konami pierde podría poner en duda todas las patentes de los juegos de máquinas tragamonedas.
"La industria está prestando atención a este caso y está preocupada por él", dijo Jeremy Elman, de la firma Dorsey & Whitney, en Palo Alto, que ha representado a compañías de juegos de azar. "Si eres una de las grandes compañías de tragamonedas y pagas una prima por estos grandes diseñadores, pero no puedes proteger su trabajo, lo devalúa".
La industria ha dependido de la innovación durante más de un siglo, comenzando con la máquina original con carretes que giraban y un pago automático, en lugar de los billetes entregados a un asistente. Fue inventada en la década de 1890 por un inmigrante alemán llamado Charles Fey que trabajaba como mecánico en San Francisco. Su juego de tres carretes Liberty Bell es considerado a menudo la primera máquina tragamonedas del mundo, según CDC Gaming Reports, sitio web de noticias de la industria.
El carrete virtual de las máquinas modernas se remonta a una patente obtenida en 1984 por el matemático noruego Inge Telnaes, que llevó a la industria a la era moderna y ayudó a convertirla en una "mina de oro", según CDC.
Un típico juego de video de tragamonedas de hoy en día muestra diferentes imágenes que pasan a medida que los carretes "giran". La idea patentada de Konami, que la firma llama "Super Stack", muestra imágenes idénticas girando. El creador del juego dice en los documentos de judiciales que es un invento legítimo diseñado para proporcionar "un elevado sentido de interés, emoción y anticipación de potenciales victorias".
El proceso legal comenzó cuando Konami presentó demandas federales de patentes en 2014 en Las Vegas, alegando que High 5 Games LLC y Marks Studios LLC utilizaron los inventos "Super Stack" sin permiso.
High 5 Games argumentó con éxito al juez de primera instancia que las patentes de Konami no son más que una modificación de las reglas del juego. Se basaba en una decisión de 2016 de la Corte de Apelaciones del Circuito Federal de Estados Unidos, que determinó que no se podía patentar una nueva forma de jugar al blackjack. La misma corte de apelaciones está examinando la apelación de Konami.
IGT, que compra algunos juegos de High 5, dice que el Circuito Federal puede invalidar las patentes por otros motivos legales, al tiempo que deja claro que las patentes de juegos pueden ser emitidas.
La decisión del tribunal de primera instancia de invalidar las patentes "podría ser interpretada de una manera amplia que podría poner en peligro muchas patentes en las artes del juego", dijo IGT en una presentación de documentación el 17 de septiembre ante el tribunal de apelaciones. "Esta corte no necesita, y no debería, emplear un razonamiento similarmente expansivo para resolver este caso".
Poder obtener patentes sobre nuevos juegos es fundamental para una industria altamente competitiva que se ha consolidado en la última década, en parte debido a disputas sobre patentes en el pasado, dijo Elman.
Anteriormente, IGT se encontró en el lado perdedor de litigios sobre patentes. En una disputa con Bally (ahora propiedad de Scientific Games Corp.) hace una década, IGT perdió un fallo que invalidó algunas de sus patentes, lo que fue "un gran problema para ellos", dijo el analista de la industria de juegos Todd Eilers, de Eilers & Krejcik Gaming, en Irvine, California.
En aquel entonces, IGT dominaba el mercado. Sigue siendo el mayor fabricante de máquinas tragamonedas superando a Konami, Scientific Games y Aristocrat Leisure Ltd., pero hay nuevos proveedores que entran en el mercado, dijo Eilers. IGT ha estado trabajando para firmar acuerdos de paz de patentes con compañías como Scientific Games y Konami para evitar que se repitan esas viejas guerras.
El jugador promedio de las máquinas tragamonedas –una mujer de 50 años con ingresos excedentes y sin hijos pequeños que mantener– no elige una máquina basándose en quién la fabrica. Los casinos normalmente tienen juegos de múltiples fabricantes y eligen cuál poner en el salón basándose en cuál probablemente atraerá más dinero.
Los casinos norteamericanos generan alrededor de US$70.000 millones al año, y los tragamonedas representan alrededor del 80 por ciento de ese mercado, dijo Eilers. Las mayores oportunidades de crecimiento están en las apuestas deportivas y los juegos interactivos, pero las empresas de juegos y casinos todavía pueden confiar en el "sustento cotidiano" del típico jugador de tragamonedas, señaló.
Las patentes de software en general han sido más difíciles de obtener desde una decisión de la Corte Suprema de 2014 que dice que no se puede tomar una idea abstracta, aplicarla a una computadora y luego esperar que se otorgue una patente.
Este fallo ha provocado la cancelación de miles de patentes, para cosas como por ejemplo, carros de compra en internet y reconocimiento facial. Ese fallo no afectó realmente a la industria del juego hasta que se aplicó a la solicitud de patente de una pareja para una variación del juego de cartas de blackjack. En 2016, el Circuito Federal dijo que las reglas de un juego no eran elegibles para una patente.La corte dictaminó que se podía conceder una si el juego implicaba un tipo de mazo de cartas completamente nuevo.