Durante casi una década, China se enorgulleció de haber presentado el mayor número de patentes nacionales. Ahora demuestra menos interés en mantenerlas. A pesar de la gigantesca cantidad de solicitudes, la mayoría de las patentes se descartan al quinto año, ya que los licenciatarios se niegan a pagar las comisiones cada vez más altas. Cuando se trata de las de diseño, más de nueve de cada diez se eliminan, casi lo opuesto de lo que sucede en Estados Unidos.
La alta tasa de deserción es un síntoma de la forma en que China ha presionado a universidades, empresas y inventores caseros para transformar el país en una potencia autosuficiente. Los subsidios y otros incentivos apuntan a la presentación de solicitudes de patentes, en lugar de asegurarse de que esos inventos sean útiles. Por lo tanto, el volumen no se traduce en calidad, ya que el país sigue dependiendo de otros para ideas innovadoras, como los teléfonos inteligentes modernos.
"Esto significa que en realidad esas patentes no son tan valiosas como se pensaba", dijo Lu Junfeng, abogado de patentes de JZMC Patent and Trademark Law Office, con sede en Shanghái. "Si la tasa de retención es tan baja para las patentes de diseño, entonces uno se pregunta si no hay un problema sistemático mayor", indicó.
Hace ocho años, China superó a Japón y se convirtió en la mayor acaparadora de patentes nacionales, y desde entonces marcha a la cabeza; aprobó 1,8 millones el año pasado. El programa “Made in China 2025” del presidente Xi Jinping, hoy en el centro de las tensiones con Estados Unidos, se propone convertir al país en un líder mundial en tecnología, y el desarrollo de propiedades intelectuales valiosas se ha convertido en un elemento básico para lograrlo.
Para tener una idea más clara de la historia de las patentes del país, es importante comprender que no todas son iguales. En China hay tres categorías diferentes: invención, modelo de utilidad y diseño. Las patentes de invención, como su nombre lo indica, son para nuevas ideas que representan un "progreso notable" en el avance de una tecnología. Esta categoría representa lo que la mayoría de la gente entiende por patentes: un progreso en un diseño, proceso o concepto. Representa el 23 por ciento de las patentes otorgadas en China el año pasado.
Al igual que en EE.UU., enfrentan un camino difícil para su aprobación, un proceso que puede llevar 18 meses y las expone a pruebas e investigaciones. Las ideas exitosas quedan protegidas por 20 años.
Son las otras dos categorías, ambas con una vida útil de 10 años, las que inflan los números generales pero resultan mucho menos valiosas. Un ejemplo de una patente de diseño sería la forma de una botella de refresco, mientras que un modelo de utilidad podría ser algo así como deslizar el dedo para desbloquear un teléfono inteligente. Ninguna es objeto de un examen riguroso y se pueden otorgar en menos de un año.
Las altas tasas de eliminación significan que China todavía tiene un largo camino por delante para convertirse en el país tecnológicamente sofisticado que aspira a ser. "Si bien las cualidades de las patentes chinas han ido mejorando de un año al otro, todavía están lejos de sus contrapartes de EE.UU.", dijo Wang Xiang, que encabeza el consultorio sobre propiedad intelectual en China del estudio jurídico Orrick.