Por tercer año consecutivo, el país con la mayor población de elefantes está sufriendo una mortandad masiva de los mamíferos terrestres más grandes del mundo.
Elefantes sin fronteras, una organización sin fines de lucro de Botsuana, encontró en los últimos meses más de 50 cadáveres en Linyanti, cerca del Parque Nacional Chobe en el norte del país, en su mayoría cerca de fuentes de agua naturales, según documentos vistos por Bloomberg, que incluyen fotografías de los animales muertos yaciendo en estado de descomposición en la sabana seca. Los cadáveres aún conservaban sus colmillos, lo que indica que no habían sido asesinados por cazadores furtivos.
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El número de elefantes muertos aún no se ha confirmado oficialmente y el Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales emitirá un comunicado la próxima semana con más detalles, dijo el viernes Kabelo Senyatso, director del departamento, en respuesta por correo electrónico a preguntas.
Las muertes desconciertan a los conservacionistas de Botsuana, donde viven unos 130.000 elefantes de la sabana africana. En 2020, tras meses de especulaciones, se determinó que al menos 330 de los animales murieron a causa de una neurotoxina producida por una cianobacteria hallada en el sedimento de fuentes de agua. El año pasado se descartó esa causa al hallarse al menos 39 cadáveres.
Elefantes sin fronteras no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
En otros documentos vistos por Bloomberg, los veterinarios del Gobierno ofrecían una serie de posibles causas que iban desde las cianobacterias hasta las plantas invasoras venenosas y el hambre. Los cadáveres mostraban signos de hemorragia y su postura indicaba dolor en las patas.
Se están buscando cadáveres frescos para poder hacer una evaluación más precisa.