Después de que Fitch Ratings rebajase la calificación crediticia de Pemex a solo un escalón por encima de basura el mes pasado, los bonos dieron un giro para peor en medio de las expectativas de una rebaja de la nota del país. Las primas por la deuda del Gobierno de México son ahora más altas que las pagadas por los mercados emergentes dos niveles por debajo del BBB+ de México, según datos compilados por Bloomberg.
Casi el 70 por ciento de los encuestados en un sondeo de clientes por parte de Bank of America dijo que esperan que México pierda su grado de inversión en los "próximos años". Conforme el presidente Andrés Manuel López Obrador titubea sobre un paquete de rescate para Pemex, hay una preocupación creciente de que salvar a la compañía requeriría un gran sacrificio. El gigante petrolero, que representó alrededor de una quinta parte de los ingresos nacionales en 2018, está asfixiado por una deuda de US$107.000 millones y la caída de la producción.
"Las medidas hasta la fecha han tenido un impacto fiscal bastante moderado", dijo Charles Sevilla, director senior de Fitch en una entrevista desde Nueva York. "El problema es que para ofrecer la escala de apoyo que se necesitaría para darle a Pemex más margen para invertir y mejorar su negocio, esto podría requerir ceder importantes cantidades de ingresos del Gobierno".
Roadshow de Pemex en Nueva York no logra convencer
México ha prometido una inyección de capital de US$1.250 millones en Pemex, mientras que López Obrador ha anunciado un plan de exención de impuestos de US$3.5000 millones para la empresa durante los próximos seis años. Las medidas no solo no lograron mitigar los temores del mercado, sino que también despertaron la preocupación de que el Gobierno no ha comprendido el alcance de los problemas de Pemex. A otros les preocupa que las nuevas inyecciones de capital pudieran erosionar la posición fiscal de México.
"Hay riesgo de contagio ya que esencialmente solo hay un bolsillo", dijo Shamaila Khan, directora de deuda de mercados emergentes de AllianceBernstein en Nueva York. "En la medida en que el apoyo de Pemex se produce a expensas del desempeño fiscal, eso afectará las calificaciones soberanas".
El reciente deterioro del perfil de riesgo del país es aún más pronunciado en comparación con el de Brasil.
El diferencial medio de México es más amplio que el de su vecino regional, aunque este último tiene una calificación de basura debido a su deuda rampante.
Después de que López Obrador cancelase el proyecto de construcción de un aeropuerto, ya iniciado, y suspendiese las reformas de Pemex que habían abierto las puertas a la inversión extranjera, algunos inversores parecen estar perdiendo confianza en la nueva Administración.
El problema para México no es solo el contagio de Pemex, sino también la "erosión del marco institucional que ha sustentado la confianza de los inversores en la historia de México durante las últimas tres décadas", dijo Roger Horn, estratega sénior de mercados emergentes de SMBC Nikko Securities America en Nueva York.