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El virus mortal del ébola pierde fuerza contra los nuevos tratamientos

El brote en la República Democrática del Congo ha sido descrito como el más terrible. Sin embargo, innovaciones estimuladas cambiarán para siempre la forma en que el mundo responde al letal virus.

El ébola es un peligro explosivo en el Congo.
El ébola es un peligro explosivo en el Congo. | Bloomberg

El brote de ébola en la República Democrática del Congo ha sido descrito como el más desafiante en los 43 años de historia de la enfermedad. Sin embargo, innovaciones estimuladas cambiarán para siempre la forma en que el mundo responde al letal virus.

Ibrahima Soce Fall, subdirector general de respuesta de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dirigido el equipo de la agencia en el terreno desde agosto de 2018. Responde a preguntas sobre estrategias renovadas para abordar el ébola, que ha infectado a cerca de 3.180 personas en este brote Aproximadamente dos tercios de los casos han sido mortales.

¿Qué tan significativo ha sido este brote?

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Este es un punto de inflexión debido a los nuevos desarrollos con vacunas y terapias, pero también a la inversión en antropólogos sociales y participación comunitaria. En términos más generales, generará debates sobre la seguridad y la salud mundiales, especialmente previniendo y respondiendo a brotes en áreas afectadas por conflictos e inestabilidad política, y establecerá una nueva agenda sobre dónde necesitamos invertir.

¿Cómo han cambiado los ensayos clínicos el proceso del ébola?

Las vacunas y las terapias han cambiado la prevención y el control del ébola. Antes no había tratamiento ni vacuna. Ahora la comunicación es completamente diferente. Solo digo que puede estar protegido con la vacuna, puede recibir tratamiento si llega en una fase inicial al centro de tratamiento; eso es realmente importante. Tenemos dos terapias (REGN-EB3 de Regeneron Pharmaceuticals Inc. y mAb114 licenciada por Ridgeback Biotherapeutics LP del los Institutos Nacionales de Salud) que pueden salvar la vida de los pacientes con ébola.

¿Eso hace que los pacientes estén más dispuestos a recibir tratamiento?

Cuando las personas acuden a tratamiento en las primeras 48 horas de su enfermedad, la tasa de supervivencia es superior a 75%. Eso realmente hace una gran diferencia. Podemos decirle a la gente que vaya al centro de tratamiento en una fase temprana. El lapso entre el inicio de los signos de la enfermedad y el aislamiento del paciente fue de siete a 10 días en cierto momento. En este momento, es de aproximadamente 3,5 días. También hemos trabajado para mejorar el estándar de atención de apoyo.

¿Qué otros cambios se introdujeron?

Los pacientes no están completamente aislados porque estamos usando unidades de atención de emergencia bioseguras, hechas con materiales transparentes para que la familia pueda ver a su pariente desde afuera. Esto es algo que ha cambiado por completo la forma en que la población percibe los centros de tratamiento del ébola.

¿Qué papel han tenido las vacunas?

Lograr vacunar a las personas en las comunidades afectadas fue extremadamente importante para prevenir la transmisión secundaria y terciaria, y tuvieron un rol muy importante para contener el brote en el Congo. Sabemos que la vacuna Merck protege a las personas contra el ébola-Zaire hasta por tres años, y continuaremos monitoreando la duración de la protección. En el futuro, podremos usarla de manera más preventiva porque conocemos las áreas y la población en riesgo de contraer ébola. Si se comprueba que la vacuna de Johnson y Johnson también es efectiva, usaríamos el mismo enfoque para asegurarnos de que todas las poblaciones en riesgo estén protegidas, pero tenemos que esperar y ver el resultado del ensayo clínico.

¿Qué tiene de diferente este brote?

Dos cosas. Primero, la situación de seguridad y los grupos armados en Kivu del Norte. Hay muchos grupos armados, muy pocos actores humanitarios y poca información sobre las comunidades o los grupos armados. Fue un desafío tener acceso a las áreas afectadas y comenzar un diálogo con la población, que ha estado descuidada durante muchos años y tiene un alto nivel de desconfianza de las autoridades.

Segundo, la debilidad del sistema de salud. La primera vez que visité los llamados centros de salud en el Congo, me sorprendí. No solo estaba preocupado por el ébola, sino por todas las enfermedades transmisibles en los centros de salud: hepatitis, VIH, resistencia a los antimicrobianos. Fue el estándar más bajo que he visto.

¿Cómo ha afectado el conflicto la respuesta médica?

Por ejemplo, en Butembo, en cierto momento a diario, recibíamos amenazas de que nuestros centros de tratamiento de alojamiento iban a ser atacados. Todos los equipos en el Congo tuvieron que viajar en avión para llegar a las zonas afectadas y, desde allí, conducir a las aldeas. La seguridad y la logística requeridas aumentaron significativamente el costo de la respuesta al brote.

¿Cómo ha cambiado la respuesta de la OMS desde el brote de África occidental?

Durante el brote de África occidental, la OMS no estaba equipada para una función operativa, sino más bien para brindar asesoramiento y orientación a los países. Tuvimos que reformar la manera en que trabajamos en emergencias, asegurándonos de que tenemos capacidad de operatividad.

¿Qué importancia tuvieron los trabajadores de salud no médicos?

Desde el principio, hemos tenido un gran equipo de antropólogos sociales y profesionales de comunicación de riesgos que trabajan con personas identificadas en las comunidades para asegurarse realmente de que la comunidad esté comprometida. Desplegamos antropólogos sociales de la misma manera que desplegamos epidemiólogos, y esto es claramente un gran cambio. No se pueden implementar intervenciones médicas sin la participación de la comunidad.

¿Qué cambiaría usted de la respuesta?

Más inversión en preparación. Los donantes están listos para brindar apoyo cuando hay un gran brote, pero es muy difícil convencer a las personas de que inviertan en preparación para prevenir este tipo de grandes brotes y proteger a la población en riesgo. Con la disponibilidad de una vacuna comprobada, debemos adoptar un enfoque más preventivo porque conocemos las áreas, al menos para el ébola. No deberíamos tener este tipo de brote si ya contamos con una vacuna.

¿Cuándo espera que termine el brote actual?

Es difícil de decir. Nuestro plan es detener la transmisión para fin de año. Después de eso, se debe esperar 42 días para asegurarse de que el brote haya terminado. Pero cualquier cambio importante en la situación de seguridad puede impedir el acceso a las poblaciones más difíciles de alcanzar e interrumpir la entrega de intervenciones de salud pública.