Las muertes violentas en Brasil se desplomaron en los primeros tres meses del año, extendiendo una tendencia positiva que comenzó el año pasado y brindando algo de alivio a los brasileños, cansados de las altas tasas de criminalidad.
Los asesinatos cayeron 24 por ciento a 10.324 en el primer trimestre, en comparación con el mismo período de 2018, según la base de datos Monitor de violencia compilada por el medio local de noticias G1. Los datos oficiales incluyen todos los estados de Brasil, excepto Paraná, que aún no ha reportado sus números.
El presidente Jair Bolsonaro se apresuró a aprovechar las buenas noticias, publicando los datos de homicidios en su cuenta de Twitter. "Los expertos dirán que la caída no tiene conexión con nuestras acciones, pero si las cifras aumentaran, ciertamente culparían al gobierno", escribió.
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La reciente mejora se produce después de años de aumento en las tasas de criminalidad en el país más grande de Latinoamérica. Hasta 2016, Brasil tenía la doceava tasa de homicidios más alta del mundo, peor que Colombia y República Centroafricana, según los datos más recientes del Banco Mundial. "La reciente tendencia positiva debe continuar hasta el final del año para que los investigadores comparen los resultados de diferentes estados y comiencen a sacar conclusiones", señaló Joao Trajano, investigador del Laboratorio de análisis de violencia en Río de Janeiro.
"No hay convergencia en las políticas de los estados que registraron disminuciones, ni hubo ninguna iniciativa del gobierno federal durante 2017 o 2018 para justificar tal caída propagada por varios estados", agregó Trajano. "Esa es la razón por la que estamos perplejos y también cautos".
Si bien la seguridad pública es responsabilidad de los gobernadores estatales, los brasileños depositan sus esperanzas de calles más seguras en Bolsonaro, quien fue elegido el año pasado con un fuerte discurso contra el crimen. Hasta ahora, sus medidas para abordar la criminalidad incluyen un decreto que facilita la propiedad de armas y un proyecto de ley que otorgaría a la policía una mayor libertad para disparar a los delincuentes.
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El recuento de muertes violentas en la base de datos de los estados incluye homicidios y muertes resultantes de atracos violentos y agresiones, pero no asesinatos por parte de policías. De hecho, los asesinatos de la policía en Río, al menos, incrementaron en los primeros meses del año.
"No está claro si la disminución de los asesinatos violentos, excluyendo los cometidos por la policía, se debe a acciones locales o refleja la retirada del crimen organizado en medio de amenazas de represión", advirtió Alba Zaluar, antropóloga de la universidad estatal de Río.
Otras posibles causas destacadas por G1 incluyen la reducción de las tensiones entre pandillas después de una ola de asesinatos en las cárceles de Brasil, una acción más fuerte de las autoridades contra las pandillas en las cárceles y una mayor colaboración entre los gobiernos estatales.
