Philip Green, multimillonario propietario de la cadena de vestuario Topshop, fue acusado en el Parlamento británico de usar acuerdos legales y pagos para ocultar acusaciones de acoso sexual, conducta racista e intimidación.
Peter Hain señaló el jueves ante la Cámara de los Lores que era su "deber" revelar el nombre bajo privilegio parlamentario tras ser contactado por una persona involucrada en el caso. Las acusaciones son las más recientes en el movimiento #MeToo que ha apuntado a funcionarios y empresarios de alto rango por supuestos acosos y abusos de mujeres.
En su declaración, Hain identificó a Green como la persona mencionada en un artículo publicado el miércoles por el periódico Telegraph, que habla de un destacado empresario británico acusado de acosar sexualmente y proferir insultos raciales a su personal.
"Siento que es mi deber bajo el privilegio parlamentario nombrar a Philip Green como el individuo en cuestión, dado que los medios de comunicación han sido objeto de una orden judicial que impide publicar todos los detalles del artículo, que claramente es de interés público", afirmó Hain.
Un tribunal del Reino Unido impidió que el periódico publicara detalles como nombre, compañías, acusaciones específicas o el monto pagado por los acuerdos. El empresario mantenía acuerdos de confidencialidad, que según el tribunal justificaron una orden judicial.
No fue posible contactarse con Arcadia Group, de propiedad de Green, para conocer sus comentarios al respecto.
A principios de este mes, el diario The Guardian informó que Green estuvo involucrado en una disputa por un local feminista en una de sus tiendas Topshop. Penguin Books participó una exposición que incluyó un libro de ensayos sobre feminismo y Green ordenó su retiro, según el periódico. Posteriormente, el empresario se disculpó y aseguró que fue un malentendido, reportó el Daily Mail.