La nueva normativa que obliga a los barcos a utilizar combustibles marinos más limpios puede significar otro golpe para la atribulada Petróleos de Venezuela, que exporta crudo con alto contenido de azufre.
A partir del 1 de enero de 2020, las embarcaciones tendrán que usar combustible búnker menos contaminante o deberán contar con equipamiento para reducir emisiones, en virtud de un nuevo reglamento de la Organización Marítima Internacional (OMI). Se anticipa que esto reduzca la demanda del petróleo residual con alto contenido de azufre que produce PDVSA, lo que disminuiría sus precios al tiempo que subirían los costos de importación de combustibles más limpios, afirmó Mel Larson, consultor de KBC Advanced Technologies.
A medida que las refinerías se preparan para elaborar combustibles que cumplan con las nuevas normas de la OMI, es posible que el crudo agrio que producen Venezuela y México se venda con mayores descuentos. Mientras tanto, se espera que aumente la demanda de destilados más ligeros como el diésel. Ello afectará a las economías de Venezuela, México y Ecuador, que dependen de las importaciones de diésel y gasolina.
"OMI 2020 tiene el potencial de afectar el crecimiento del PIB en la mayoría de las economías latinoamericanas, especialmente las que subsidian los precios del combustible", planteó Larson en un correo electrónico. "A medida que sube el costo de los combustibles importados, la subvención de gasolina y diésel solo servirá para expandir la carga de deuda de un país o empresa".
La mayoría de las refinerías de América Latina no ha invertido en unidades que puedan eliminar el azufre o disolver residuos a moléculas más valiosas. Eso los pone en desventaja frente a la nueva normativa, que se espera reduzca la demanda mundial de combustible con alto contenido de azufre de 4 millones de barriles a 1 millón de barriles diarios.
Por esta medida, Petróleos Mexicanos y PDVSA, líder y sublíder latinoamericano en materia de exportación de crudo, respectivamente, son los que más se exponen a perder.
Petrobras, por su parte, está dispuesta a aprovechar el cambio de combustible, según Guilherme Franca, gerente ejecutivo de comercialización. La estatal brasileña ya exporta combustibles que cumplen con las reglas de la OMI y explora la reapertura de tanques de almacenamiento de crudo en Singapur para suplir de mejor forma a mercados de combustible búnker en Asia.