Existe el riesgo de que la guerra en Ucrania tire por la borda los esfuerzos para frenar el calentamiento global si los países intentan reemplazar los combustibles fósiles rusos mediante el aumento de los suministros propios de petróleo y gas, dijo el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
Sería una “locura” si los países se vieran “tan consumidos por el déficit de suministro inmediato de combustibles fósiles que olvidaran o redujeran las políticas para reducir la dependencia de ese tipo de combustible”, dijo el lunes Guterres en un discurso pregrabado en la Cumbre de Sostenibilidad de The Economist.
Los países occidentales están intentando reducir su dependencia de la energía rusa tras la invasión a Ucrania. En el Reino Unido, el primer ministro, Boris Johnson, sugirió que el Gobierno tratará de revitalizar la producción de petróleo y gas en el mar del Norte y que está abierto a impulsar todas las formas de energía, incluido el fracking.
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En noviembre, en la COP26 en Glasgow, casi 200 países acordaron realizar esfuerzos para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Ese objetivo se puso en riesgo cuando las naciones reevaluaron sus estrategias energéticas a la luz de la guerra, señaló Guterres.
Dijo que la guerra muestra que la dependencia de los combustibles fósiles deja a los países vulnerables a las crisis, y que los gobiernos ahora deberían intentar acelerar sus políticas climáticas, en lugar de “pisar el freno de la descarbonización”.
La agitación en los mercados de petróleo y gas provocada por la invasión rusa a Ucrania podría acelerar el alejamiento del mundo de los combustibles fósiles, señaló la semana pasada la Agencia Internacional de Energía.