El aumento de la variante Delta altamente contagiosa desafía hasta los regímenes de contención del covid-19 más agresivos, una señal ominosa justo cuando las economías buscan reabrir sus puertas y regresar a la vida prepandemia.
Un brote que comenzó en un aeropuerto en la ciudad de Nankín, al este de China, está poniendo a prueba las medidas de tolerancia cero del país, de las más amplias y completas del mundo.
Los nuevos contagios aumentan y crean focos del virus en China a pesar de los sistemas perfeccionados de pruebas masivas y cuarentenas estrictas. Pekín registró el primer caso de transmisión local en seis meses el jueves, relacionado con un brote en la provincia sureña de Hunan, entre personas que habían estado recientemente en Nankín.
Estudios citados por la OMS advierten que la variante Delta tiene 137% más letalidad
La variante Delta se enfrenta a algunos de los programas más rigurosos de defensa contra el virus. Países con estrategias como “Covid cero”, que eliminaron el covid dentro de sus fronteras, aún registran brotes de covid-19 pese a medidas estrictas.
Entre los más afectados figura Australia, donde delta ha logrado escapar al sistema de cuarentena obligatoria en hoteles con mucha más facilidad que variantes pasadas y por una baja tasa de vacunación de la comunidad. A pesar de un sistema eficiente de rastreo, un brote relacionado con la variante delta obligó a Sídney a imponer semanas de cuarentena, y los casos aumentaron a casi 3.000 desde mediados de junio.
La variante, que surgió por primera vez en India y es más transmisible que otras, expone las limitaciones de la estrategia de eliminación del virus, que también adoptaron Nueva Zelanda y Singapur. Taiwán, que pasó meses sin ningún contagio el año pasado, recientemente se alejó de la estrategia "Covid cero" e inició la transición hacia una estrategia que contempla convivir con el virus.
JFG / ED