Un oficial de policía de Hong Kong que disparó una bala en el pecho de un manifestante de 18 años podría dar nuevos bríos al movimiento de meses que desafía a las autoridades chinas. Este miércoles, manifestantes nuevamente salieron a las calles tras la publicación de videos que muestran al hombre que recibió un disparo a corta distancia después de golpear a un oficial con una vara de metal.
Las violentas imágenes, que se contraponen con un triunfante presidente chino, Xi Jinping, que celebra 70 años de gobierno comunista en Pekín, podrían intensificar las protestas hasta las elecciones locales de noviembre, la próxima fecha importante en el calendario político.
“La gente esperaba que al gobierno y a Pekín les habría encantado ver el final de todo antes del Día Nacional”, dijo Alvin Yeung, un legislador opositor. “Y, obviamente, fue un fracaso, fue caótico y finalmente se le disparó una bala real a un estudiante, lo que marca un punto de inflexión”.
“La gente está muy enojada y también el público en general, especialmente los manifestantes más jóvenes, que descargarán su enojo y lo convertirán en acción real, venganza física”, dijo. “Este malestar continuará y podría intensificarse”.
En los últimos meses, los manifestantes prodemocráticos han aprovechado los incidentes violentos para reunir a los partidarios en un movimiento que comenzó hace cuatro meses para oponerse a un proyecto de ley que permite la extradición a China.
Hubo un suicidio de gran repercusión mediática de un manifestante en junio. Un mes después, los presuntos miembros de la tríada atacaron brutalmente a manifestantes con camisa negra en el metro. Luego, en agosto, según informes, una mujer recibió un disparo no letal en el ojo, lo que provocó que otros manifestantes comenzaran a usar parches en los ojos con sangre pintada con aerosol y con la frase “ojo por ojo” mientras invadían el aeropuerto internacional.
‘Más decididos’
La ira fue palpable durante una protesta en el centro de Hong Kong el miércoles, incluso cuando surgieron informes de que los manifestantes del disparo estaban en condiciones estables y se esperaba que sobrevivieran. La policía disparó más de 1.400 rondas de gas lacrimógeno el martes —más de la mitad del total disparado desde que comenzaron las protestas el 9 de junio—, seis balas reales, cinco como disparos de advertencia.
“La fuerza policial debería disolverse y ser sancionada por lo que están haciendo”, dijo un hombre de apellido Lee, que se negó a dar su nombre completo mientras coreaba consignas junto a decenas de personas. Seguirá la lucha
El Frente de Derechos Humanos Civiles, que ha organizado algunas de las reuniones pacíficas más grandes de la ciudad en los últimos meses, prometió una “movilización a gran escala” a consecuencia del tiroteo. “Estaremos aún más unidos, aún más determinados en nuestra resistencia”, dijo el grupo en una publicación de Facebook. “De ahora en adelante, el 1 de octubre será un aniversario de la represión de la gente de Hong Kong amenazada con balas reales”, señaló el Frente.
Hasta ahora nadie ha muerto en las protestas, un hecho que la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, catalogó como “bastante notable” la semana pasada. Lam ha defendido a la fuerza policial y elogió a los oficiales por usar la moderación ante los ataques de algunos manifestantes que empuñaron barras de metal, martillos, ladrillos y cócteles molotov.