El exlíder de Hong Kong se lanzó a las redes sociales para promover un sitio web que ofrece recompensas en efectivo para quien identifique a manifestantes que han perpetrado actos de vandalismo y violencia, entre ellos a banderas chinas y emblemas nacionales, durante los disturbios que sacuden la ciudad.
Leung Chun-ying, quien gobernó la antigua colonia británica entre 2012 y 2017 y estaba en el poder durante las protestas a favor de la democracia en 2014, publicó un enlace en su página personal de Facebook que prometía tanto recompensa como anonimato financiados por el público a posibles colaboradores.
El sitio web, 803.hk, lleva el nombre de un incidente del 3 de agosto en el que un manifestante arrojó la bandera china al agua del puerto de Hong Kong. Presenta solicitudes de información sobre manifestantes que han arremetido contra símbolos de la autoridad de China a medida que continúan las manifestaciones que se oponen al control de Pekín sobre la ciudad. En Hong Kong, es ilegal profanar la bandera o emblema nacional, con castigos que van desde una multa severa hasta tres años de cárcel.
"Desde junio, la violencia y el comportamiento ilegal de un pequeño grupo de personas han perjudicado gravemente a Hong Kong", comenta el sitio web. "Después de que alguien arrojó la bandera nacional al mar el 3 de agosto, decidimos ofrecer una recompensa si alguien encuentra a los sospechosos".
Recompensas en efectivo
Para identificar y llevar a juicio, 803.hk ofrece más de 1 millón de dólares de Hong Kong (US$127.000) para obtener información sobre la identidad de la persona que arrojó la bandera de China al agua, y la misma cantidad para el manifestante que salpicó pintura negra en el emblema nacional de la oficina de enlace del gobierno central chino.
También ofreció 500.000 dólares de Hong Kong para identificar a la persona que dañó el emblema de Hong Kong dentro del complejo del Consejo Legislativo de la ciudad, que fue asaltado por los manifestantes a principios de julio.
Alentar a la gente a señalar a los manifestantes es un desarrollo potencialmente peligroso que resalta la división cada vez más fuerte entre las fuerzas proestablecimiento de Hong Kong, que valoran los lazos cercanos con China continental, y los manifestantes en contra de China que presionan por una mayor democracia.