La condición del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, está mejorando luego de tres noches en la unidad de cuidados críticos, al tiempo que los funcionarios elaboran planes para extender las órdenes de confinamiento impuestas para detener la propagación del coronavirus.
“Lo que tenemos que hacer ahora es seguir conteniendo la velocidad de transmisión, lo que significará continuar con las medidas de distanciamiento social”, dijo el portavoz de Downing Street, James Slack, a periodistas en una conferencia telefónica el jueves.
Mientras está a cargo el primer ministro subrogante, Dominic Raab, el país se enfrenta a lo peor de la crisis sin su líder electo. La próxima semana se debe decidir si se extienden o levantan las restricciones que han obligado a las personas a quedarse en sus casas, y cerrar tiendas, bares y restaurantes.
Si bien hay signos tempranos de que el confinamiento ha ayudado a frenar la propagación de la enfermedad, también ha detenido casi por completo la actividad económica y provocado dificultades financieras a millones de personas. El Gobierno informó el jueves que desde el 16 de marzo ha recibido 1,2 millones de solicitudes nuevas de pagos de seguridad social.
Raab se reunirá el jueves por la tarde con ministros y funcionarios para discutir el proceso de decisión respecto de la modificación de las medidas.
Previamente, primer ministro escocés, Nicola Sturgeon, dijo que espera que la cuarentena se extienda.
Es probable que las restricciones se mantengan durante semanas, al tiempo que los ministros esperan que los contagios alcancen el punto más alto, según personas familiarizadas con el asunto. Todavía no hay evidencia suficiente para justificar la flexibilización de las órdenes de confinamiento, aunque se están realizando negociaciones y aún no se ha tomado una decisión formal, según las fuentes, que pidieron no ser identificadas.
“Estamos empezando a ver cómo funciona esta estrategia”, dijo el secretario de Cultura, Oliver Dowden, a LBC Radio el jueves. “Todo indicaría que las restricciones deben mantenerse, pero dijimos que lo revisaríamos en tres semanas y eso es lo que estamos haciendo”.
Científicos estiman que el Reino Unido alcanzará el punto más álgido del brote durante la próxima semana, precisamente cuando hay un vacío de poder por la ausencia de Johnson. El Gobierno ya enfrenta críticas por su manejo de la crisis, debido a que los hospitales no cuentan con suficientes equipos de protección y las tasas de pruebas son inferiores a las de otros países.