Mario Centeno, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, dijo que los banqueros centrales deberían ser cautelosos al decidir los próximos pasos, ya que los riesgos para la economía que se habían identificado anteriormente ahora se están convirtiendo en realidad.
La transmisión de la campaña de ajuste monetario del BCE está “en marcha” y el retroceso de la inflación ha sido más rápido que su aumento, dijo Centeno a Bloomberg TV en el simposio anual de Jackson Hole en Wyoming.
Una pregunta clave que los banqueros deben responder es la cantidad del impacto que aún no se ha manifestado, dijo.
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“Tenemos que ser cautelosos esta vez, porque los riesgos a la baja que identificamos en junio en nuestro pronóstico se han materializado”, dijo Centeno, quien también dirige el banco central de Portugal. “Esta es una situación inversa a lo que ocurrió durante la recuperación de la pandemia, porque normalmente nos hemos sorprendido al alza”.
Los comentarios se producen mientras los banqueros del BCE reflexionan sobre si hacer una pausa en una campaña histórica de aumentos de tasas de interés o si se justifica otra alza cuando se reúnan de nuevo en septiembre.
Las perspectivas económicas de la eurozona de 20 naciones se han deteriorado últimamente, lo que sugiere que los 425 puntos básicos de aumentos aplicados desde julio de 2022 están teniendo un impacto. Si bien el bloque hasta ahora ha evitado caer en recesión, Alemania —la mayor economía de la región— no está logrando ganar impulso después de sufrir una desaceleración durante el invierno.
Estabilizador económico
Una encuesta realizada a directores de compras de la eurozona publicada esta semana mostró una agudización de la contracción en la actividad del sector privado en agosto, lo que llevó a los inversionistas a apostar a que el BCE hará una pausa el próximo mes.
“Necesitamos entender que la política monetaria debe ser un estabilizador de la economía”, dijo Centeno. “Necesitamos tener en cuenta esas cifras”.
También hay una evidencia creciente de que la inflación subyacente —la medida preferida del BCE sobre los aumentos de precios en este momento— ha alcanzado su punto máximo. El indicador que excluye elementos como la energía y los alimentos se mantuvo en un 5,5% en julio, y la lectura de este mes se publicará el 31 de agosto.
“Aún quedan muchos datos disponibles hasta la decisión de septiembre”, dijo Centeno, que se encuentra entre los miembros de tendencia más expansiva del Consejo de Gobierno. “Tenemos una nueva previsión. Ese pronóstico nos dirá precisamente cómo vemos esta transmisión de nuestras decisiones a la inflación y la economía”.
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Varios banqueros centrales han advertido que incluso si el BCE no aumenta los costos de endeudamiento por décima vez consecutiva el 14 de septiembre, aún podría hacerlo en los meses siguientes. El economista jefe, Philip Lane, ha dicho que el BCE será “muy dependiente de los datos” y “buscará pistas”.
La atención de las autoridades se ha centrado en las presiones internas, como mayores salarios y márgenes ganancia de las empresas, alejándose de choques externos como el aumento de los precios de la energía que siguió a la invasión de Rusia a Ucrania.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, puede ofrecer pistas sobre el probable camino de la política monetaria cuando pronuncie un discurso en Jackson Hole el 25 de agosto.
