BLOOMBERG

Siete lecciones sobre riesgo que supone el chantaje: Tyler Cowen

De vez en cuando, algunos eventos de noticias aparentemente aleatorios convergen e influyen en cómo usted ve el mundo. Mi lección más reciente es que el chantaje y el riesgo de chantaje son mucho más comunes de lo que pensaba.

WIRED25 Summit: WIRED Celebrates 25th Anniversary With Tech Icons Of The Past & Future
WIRED25 Summit: WIRED Celebrates 25th Anniversary With Tech Icons Of The Past & Future | Photographer: Matt Winkelmeyer/Getty Images North America

De vez en cuando, algunos eventos de noticias aparentemente aleatorios convergen e influyen en cómo usted ve el mundo. Mi lección más reciente es que el chantaje y el riesgo de chantaje son mucho más comunes de lo que pensaba.

El primer evento informativo relevante es la afirmación de Jeff Bezos de que el National Enquirer lo ha estado chantajeando con publicar fotos íntimas (hay mucho más detalle en esta historia). Varias otras personas han alegado desde entonces que el Enquirer ha participado en tácticas adicionales de extorsión sin escrúpulos. Esto podría ser parte de un patrón más amplio, que involucra a otros medios y servicios de inteligencia.

Incluso si no cree en todas estas acusaciones, importa si las personas piensan que pueden ser ciertas. Un mundo lleno de intentos de chantaje fantasmas pero percibidos tiene muchas de las mismas características que un mundo lleno de chantajes reales, es decir, cuando las personas temen ser descubiertas.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

La segunda noticia tiene que ver con las revelaciones de que varios funcionarios del estado de Virginia han participado en actos cuestionables en sus carreras anteriores. El gobernador Ralph Northam, por ejemplo, tiene una página del anuario de la facultad de medicina de 1984 con una foto de dos hombres, uno de cara negra y el otro con un disfraz del Ku Klux Klan.

Sin duda que no hay evidencia de chantaje en este caso. Sin embargo, esta foto apareció poco después de que Northam apoyara un proyecto de ley altamente controvertido sobre el aborto tardío. Ya sea una coincidencia o no, la próxima vez que un político con un pasado incómodo piense en apoyar una política altamente controvertida, podría reconsiderar o intentar evitar que el tema llegue a la agenda en primer lugar. Una vez más, la mera percepción de riesgo de chantaje puede tener un impacto.

Entonces, ¿cuáles son algunas lecciones de la aparente mayor prevalencia de riesgo de chantaje?

Primero: ¡Compórtese! Así minimiza la posibilidad de que alguien pueda chantajearle.

Segundo: Los principales villanos en esta pérdida de privacidad no son las grandes compañías de Internet. Si bien es turbia la forma exacta en la que se filtraron las fotos de Bezos, parece haber involucrado espionaje a la antigua y la intercepción de mensajes de texto (y posiblemente un hermano renegado). Silicon Valley no vendió sus datos. En cuanto a Northam, el anuario es de la era predigital, desenterrado en una biblioteca escolar. Esta información no estaba en Internet, aunque, por supuesto, desempeñó un papel en su difusión.

Tercero: Los multimillonarios pueden ser bastante útiles. Como Bezos pidió en su carta abierta a Medium: "Si en mi posición no puedo soportar este tipo de extorsión, ¿cuántas personas pueden?" En este caso, tanto el multimillonario como el medio de comunicación son los buenos.

Cuarto: Los temores de una nueva era de chantaje en base a imágenes con Photoshop y los llamados deepfakes (videos falsos, pero convincentes) pueden ser exagerados, o al menos ser prematuros. En los casos de Bezos y Northam, la autenticidad del material de origen (mensajes de texto y fotos) no está siendo cuestionada, y ambas historias están recibiendo un intenso escrutinio. Más bien, el debate es sobre la procedencia y el significado de la información.

Quinto: Los republicanos tenían razón hace dos décadas cuando argumentaron que la alianza del presidente Bill Clinton con Monica Lewinsky era un grave caso de mala conducta. Además de sus efectos en su vida, abrió la puerta a un posible chantaje contra el comandante en jefe, y ahora está claro que la mayoría de las personas subestimaron ese riesgo.

Sexto: El actual presidente se adelantó al juego cuando trató de mostrarse como alguien que no podía ser chantajeado a través de su propia indignación escandalosa. (Su modus operandi parece ser que hace que sea imposible acusarlo de decir algo más impactante de lo que ya ha dicho él mismo). Sin embargo, aún no se ha emitido el veredicto sobre qué tan bien funcionará esta estrategia como defensa contra el chantaje.

Por último, la mayoría de las personas ahora tiene una idea nueva y mejor de por qué el chantaje debería ser ilegal. Los economistas han enfrentado durante mucho tiempo una interrogante embarazosa: si ayuda a disuadir acciones indeseables, ¿qué es exactamente lo que está mal con el chantaje? La respuesta tradicional ha sido durante mucho tiempo que las leyes contra el chantaje impiden que los posibles chantajistas inviertan demasiado tiempo y energía en desenterrar evidencia de irregularidades. Sin embargo, esos apenas parecen ser costos importantes, no más de lo que serían las patrullas policiales.

Quizás una mejor objeción al chantaje es que distrae la atención de todos, degrada el discurso público y, en el sentido más amplio, contradice la posibilidad de una segunda oportunidad en la vida. Por supuesto, debe haber debate sobre lo que constituye una buena y una mala conducta. No obstante, el enfoque debe estar en lo que las personas hicieron o no hicieron, y no tanto sobre el drama de cómo se obtuvo la información.