El entusiasmo de los inversionistas locales por el presidente electo Jair Bolsonaro no parece convencer a los extranjeros, quienes siguen sacando dinero de las acciones brasileñas. Los inversionistas extranjeros retiraron 6.500 millones de reales (US$1.700 millones) de las acciones nacionales al 5 de noviembre de este año, lo que sería la peor cifra desde que se empezó a recopilar esta información en 2010, según datos del operador bursátil B3. Los inversionistas locales se acumulan, lo que generó un repunte de 17% que tiene al índice de referencia del país en niveles históricos.
Los inversionistas favorecieron claramente a Bolsonaro, quien eligió a un asesor económico muy respetado que aboga por un Estado más pequeño y privatizaciones de gran alcance, en desmedro de su oponente izquierdista, Fernando Haddad. Pero pese a la victoria del conservador el mes pasado, a los actores extranjeros les preocupa la capacidad y disposición del nuevo gobierno a impulsar medidas económicas controvertidas, como la reforma previsional que se considera clave para detener el derrumbe de las arcas fiscales. La indecisión de Bolsonaro sobre la reforma, que a veces lo llevó a contradecir a su propio equipo, no hace más que aumentar la confusión.
"Los inversores definitivamente esperan más información sobre la reforma previsional: cuándo, cómo, cuánto", comentó Jan Dehn, gestor de cartera de Ashmore Group. De acuerdo con él, la reforma es por lejos lo más importante y "no impulsar esto dentro de los primeros seis meses de 2019 sería un problema". Gran parte del éxito de Bolsonaro depende de su relación con el fragmentado Congreso brasileño.
El excapitán del Ejército deberá reunir apoyo para aprobar su agenda de reformas, que también incluye conceder independencia formal al banco central. La Cámara Baja cuenta con 513 escaños, de los cuales solo 52 corresponden a su partido PSL. El opositor Partido de los Trabajadores, al contrario, ostenta la mayor representación. Las enmiendas constitucionales, formato elegido por el presidente Michel Temer para su propuesta de reforma previsional, deben contar con el visto bueno de tres quintos del Parlamento en dos rondas de votaciones en ambas cámaras para su promulgación.
Los inversionistas extranjeros "esperan ver cuánto apoyo tiene realmente Bolsonaro para impulsar una agenda, dado lo fragmentado del poder en Brasil", planteó Morgan Harting, gerente sénior de cartera de AllianceBernstein.