México por fin podría comprar petróleo estadounidense por primera vez en su historia. Después de tres años de anuncios, negociaciones y posibles acuerdos, Petróleos Mexicanos quiere comprar un cargamento de prueba de 350.000 barriles para sus refinerías en octubre.
El anticipado acuerdo se lleva gestando desde 2015, cuando las exportaciones estadounidenses aún estaban prohibidas y México solicitó una licencia especial para comprar barriles estadounidenses. En ese momento, la compañía llegó incluso a ponerse en contacto con operadores de petróleo para tantear el terreno, pero terminó abandonando la idea. El tiempo pasó y, entre tanto, Estados Unidos levantó su prohibición de 40 años a las exportaciones de petróleo y ahora Estados Unidos exporta casi el doble de barriles que México.
Pemex invitó a operadores de petróleo a que ofrecieran suministros de crudo ligero y dulce de Luisiana para entrega en la terminal petrolera de Pajaritos en el Atlántico a finales de octubre. La terminal está conectada a un oleoducto que distribuye petróleo ligero a cuatro refinerías, incluida Salina Cruz, la mayor del país, según datos recabados por Bloomberg.
El máximo responsable de la empresa, Carlos Treviño, reveló planes a principios de esta semana para importar 100.000 barriles al día de crudo ligero en octubre para que la refinería de Salina Cruz compense la producción en declive del yacimiento de petróleo Xanab, que no extrajo un solo barril de petróleo en julio y agosto.
De acuerdo con una persona familiarizada con la situación, Pemex está importando crudo dulce y ligero de Luisiana a modo de prueba y, dependiendo de los resultados del petróleo en sus refinerías, podría solicitar cargamentos en noviembre. La producción de petróleo de México cayó a 1,82 millones de barriles al día en agosto, una caída del 25 por ciento desde que el país aprobó una reforma energética para poner fin al monopolio estatal en energía y atraer inversiones de empresas internacionales.